En la derrota de Alianza Lima por 1-0 ante Atlético Grau en el marco de la décimo primera jornada del Torneo Clausura 2024, las polémicas estuvieron a la orden del día, siendo una de las más comentadas la del penal cobrado en contra del cuadro blanquiazul en las postrimerías del partido y que terminó en gol del triunfo del 'Patrimonio de Piura' por intermedio del arquero Patricio Álvarez.
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Todo ocurrió a los 80 minutos, cuando Alarcón recibió el llamado del VAR para que vaya a revisar una jugada que había ocurrido en el área aliancista cuando el juego estaba desarrollándose en campo contrario. ¿Qué había ocurrido? Tras un centro por banda derecha, Neri Bandiera fue a buscar el balón con el objetivo de marcar el gol. Sin embargo, este fue detenido por Renzo Garcés con el brazo y cayó desparramado. Por ello se terminó cobrando el penal a favor de los locales y amonestó al central visitante con tarjeta amarilla.
Esta acción pitada por el juez Joel Alarcón, el cual se llevó las miradas de todos los hinchas del fútbol peruano, fue analizada por un especialista en la materia, el exárbitro FIFA Miguel Ángel Scime, quien tuvo una contundente postura sobre la jugada que desencadenó en la derrota de los 'Íntimos' en la calurosa ciudad de Sullana.
¿Debió cobrarse penal en contra de Alianza Lima para Miguel Scime?
El también asesor arbitral argentino sorprendió a todos al asegurar que la jugada no debió de ser cobrada como penal en contra del conjunto victoriano ya que el roce que hubo por parte de Renzo Garcés a Neri Bandiera es una usual en el balompié, sin ninguna intención de cometerle infracción al atacante del elenco piurano.
"El fútbol es un deporte de contacto que se mide por la acción y las consecuencias. La acción es un roce normal, que lo provoca el delantero, sin ninguna identidad de falta", declaró Scime en entrevista con Infobae, dejando claro su postura que no debió ser pitado la pena máximo a favor de Atlético Grau.
Además, fue tajante al afirmar que en esta oportunidad existió un error tanto del VAR como del propio Alarcón. En primer lugar, los que estuvieron como encargados del videoarbitraje no debieron pedirle al juez principal que vaya a revisarla; y que el colegiado de 43 años estaba facultado a no tomar en cuenta el llamado y mantener su decisión inicial de seguir con las acciones.