Alonso Correa paralizó a todo el país con su surfing en las olas de Teahupo’o, Tahití, sede de este deporte en su segunda aparición en los Juegos Olímpicos París 2024. El deportista de 26 años se ganó no solo los aplausos y la admiración del Perú, sino también de la comunidad internacional. Y es que un surfer con escasa aparición en los grandes torneos había superado en las primeras rondas a exponentes que militan en la Championship Tour (CT) o primera división de la Liga Mundial de Surf (WSL), la élite de esta disciplina. Contra todo pronóstico, Correa llegó al último día de competencias con opción a medalla.
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El desenlace fue un meritorio cuarto lugar, pero más allá de la posición, de acariciar el podio, de obtener el diploma olímpico, su participación provocó una incógnita. ¿Por qué no hay peruanos en la CT? ¿Talento? Lo mostrado por Correa en París 2024, además del quinto lugar de Lucca Mesinas en Tokio 2020, nos asegura que el surfer peruano cuenta con una gran habilidad para el desarrollo de este deporte. ¿Entonces? La estadística también está en nuestra contra. En los 32 años que se viene corriendo la Championship Tour solo dos connacionales han formado parte de esta selecta categoría: Sofía Mulanovich y Mesinas.
Mulanovich fue la primera en hacerlo. Accedió a la CT en la temporada 2003 después de ser subcampeona de la World Qualifying Series 2002 (WQS, que hasta el 2020 funcionó como segunda división). Es más, conquistó la élite en la campaña 2004, siendo la primera surfer latina, considerando la rama masculina y femenina de la WSL, en conseguir una gigantesca hazaña. ‘Sofi’ estuvo una década en la máxima categoría y tuvimos que esperar ocho largos años para ver otra vez la bandera peruana en los más prestigiosos eventos. Mesinas obtuvo su clasificación tras ubicarse en el top 12 del Challenger Series (CS) 2021, en el debut de este formato como segunda clase de la Liga Mundial.
Desde que el surf es olímpico, es decir desde los Juegos de Tokio, el Perú ha llegado a instancias decisivas, demostrando en dos ediciones consecutivas que puede dar pelea a las grandes potencias, pero para encontrar una respuesta a la falta de representación en la Championship Tour conversamos con dos entrenadores que estuvieron en Teahupo’o. Hablamos de Sebastián Alarcón y Luis Eduardo Escudero, quienes estuvieron acompañando a Alonso Correa y Lucca Mesinas en su travesía olímpica.
Ausencia de torneos WSL en el Perú
Previa búsqueda de la problemática de por qué no vemos peruanos en la Championship Tour (CT) es importante destacar que la Liga Mundial de Surf (WSL) cuenta con un sistema dividido en tres categorías desde la temporada 2021. Tras el CT aparece el Challenger Series (CS) y finalmente la Qualifying Series (QS). Esta especie de tercera división es donde todo surfer inicia su camino hacia la élite. La WSL decidió cambiar las reglas de juego en el 2021 –antes solo existía la primera división y la QS, que tenía una serie de competencias en diversas partes del mundo– con el objetivo de que los surfers que están dando sus primeros pasos rumbo a la profesionalización gasten menos presupuesto al ser la Qualifying Series un circuito regional.
- Así divide la Qualifying Series la WSL:
Regiones | Clasificación varones | Clasificación mujeres |
---|---|---|
Sudamérica | 10 | 5 |
Norteamérica | 10 | 8 |
Europa | 10 | 8 |
Australia/Oceanía | 10 | 8 |
Hawái/Tahití | 7 | 6 |
Asia | 6 | 6 |
África | 5 | 3 |
Es decir, el sueño de un surfer peruano arranca en el QS de Sudamérica, donde los diez primeros varones y las cinco mejores damas del circuito clasifican al CS, la segunda división en la que se enfrentan 96 hombres y 64 mujeres clasificados de las siete regiones del mundo de la WSL. Una vez en el Challenger Series, que cuenta con seis eventos en su calendario y en el que también compiten surfers del CT, el objetivo en la rama masculina es terminar dentro del Top 10 para llegar a la élite, mientras que en la rama femenina solo son las cinco primeras las elegidas. Finalmente, el estar en la Championship Tour no te asegura tu permanencia. Eso le sucedió a Lucca Mesinas, quien en el 2022 no pudo quedarse en el top 20 tras las primeras cinco fechas –fue puesto 21 de 32 que están en la máxima categoría– y descendió al Challenger para buscar su revalidación, objetivo que no logró y aún sigue en esta división hasta el día de hoy.
“Te podría decir que hay varios factores. Uno es el nivel económico porque afecta en varios aspectos. Primero para salir del Perú e ir a otros países para poder competir afuera es caro. Entonces, para poder tener todo un equipo multidisciplinario, de viajar, alimentarte, entrenar y competir, todo al máximo nivel, es una inversión muy alta. El tema del dinero no nos ayuda a poder tener más chicos en la CT. Eso también hace que se desanimen un poco los talentos y que no sean tantos los chicos los que tengamos disfrutando de competir al más alto nivel. Son pocos los que están peleando. No todos son lo suficientemente resilientes o hay algunos que les preocupa un poco más hacer plata o vivir mejor, eso también influye un montón”, adelanta Sebastián Alarcón, quien fue el entrenador de Alonso Correa en París 2024 y es Head Coach del Club de Regatas Lima.
Entretanto, Luis Eduardo Escudero, estratega de Lucca Mesinas, se enfoca también a la falta de grandes torneos en nuestro país, sobre todo del circuito QS, que le permita a más peruanos tentar la clasificación al Challenger Series y así seguir su camino rumbo a la élite. “Todos los eventos regionales del QS tienen puntajes. Hay eventos que dan 5.000 puntos, otros 3.000 y otros 1.000 puntos. La organización cuenta los cuatro mejores puntajes obtenidos así hayas competido en seis u ocho torneos. Ahora, imaginemos que en el Perú se organicen cuatro campeonatos de 1.000 puntos y lo gana un surfer nacional, sumando 4.000 puntos. Sin embargo, vas a Brasil y un solo certamen te da 5.000 puntos. Entonces, un brasileño, en una sola participación, puede alcanzar 5.000 puntos y superar una carrera de cuatro torneos de un peruano. Los puntos, al momento de clasificar a la segunda división pesa”, asegura.
Precisamente, en la presente temporada de la Qualifying Series de Sudamérica, nuestro país solo organizó un evento y de solo 1.000 puntos, el más bajo dentro de la categoría. Hablamos del Billabong Señoritas Open Pro, del 14 al 17 de febrero en Punta Hermosa, donde el campeón masculino fue Alonso Correa y en el femenino Daniella Rosas. Por su parte, la industria brasileña del surf ha contado, hasta ahora, ha organizado seis campeonatos en el que uno de ellos ha sido de 5.000 puntos. Luego desarrollaron dos de 3.000 puntos y tres de 1.000 puntos. Es más, aún tienen un QS de 1.000 puntos por realizar en octubre, el evento con el que se cerrará el circuito sudamericano 2024 y donde Correa es el puesto 22 en un ranking que es dominado por los brasileños, justamente, debido a que cuentan con más torneos en su país. Todo lo contrario se ve en la división damas, donde Rosas y Arena Rodríguez están en el top 3 y pelean por clasificar al Challenger Series 2025.
Para competir en los principales torneos o mejor dicho, para estar en toda la temporada QS, es decir en Brasil, según lo conversado con Escudero y Alarcón, se necesita una inversión de 30.000 dólares, de los cuales se tiene que repartir para inscripción de torneos, logística, además de contar con un entrenador, un psicólogo, un preparador físico, un nutricionista. Es más, el estar acompañando de tu entrenador en el circuito le da un plus al deportista, que afronta de visita los eventos ante el surfer rival y ante los jueces, que en su totalidad, en nuestra región, son brasileños.
“Casi todos los jueces son de Brasil, porque la WSL en Sudamérica es este país. Por ejemplo, cuando el circuito QS tiene fechas en Ecuador, Argentina o Chile, como ha sucedido en temporadas pasadas, Alonso (Correa) u otro peruano suelen ganar en estos países, pero van a Brasil y, normalmente, es casi imposible que ganen ahí así corran muy bien porque muy aparte de que los brasileños conocen sus olas, sus playas, reconocen todo su sistema de funcionamiento de sus jueces, de lo que suelen pedir en cada torneo. Esto no es una queja, es simplemente una realidad del deporte que se pone más difícil con los jueces brasileños. Ellos saben aprovechar su localía en todos los deportes, no solo en el surf, sino en diversas disciplinas. Entonces, con todo eso, meten mucha gente al Challenger series y con ese grupo viajando por el mundo, agarran más nivel y cuando retornan al QS, a su país, sobre todo, elevan más el nivel y se pone complicado para otro surfer de la región dar pelea”, agrega Sebastián Alarcón.
Challenger Series, otra barrera mundial
Si un surfer nacional llega a superar el circuito sudamericano de la Qualifying Series (QS), el nuevo reto será el Challenger Series (CS), la segunda división, el último obstáculo rumbo al sueño de todo tablista, la Championship Tour (CT). Sin embargo, si hablamos de que para estar en todo el QS se necesita alrededor de 30.000 dólares, para el CS se duplicaría la inversión, o inclusive se eleve más el monto (entre 60.000 y 80.0000 dólares), teniendo en cuenta que las seis fechas se reparten, religiosamente en estos últimos años, con dos paradas en Australia, una Portugal , otra Sudáfrica, también en Estados Unidos y finalmente en Brasil.
“Imagínate que ya hiciste el esfuerzo, conseguiste todo lo trazado en el QS. Ahora tienes que ir a competir por todo el circuito CS y normalmente nuestros representantes como Lucca (Mesinas), Daniella (Rosas), Sol (Aguirre), Miguel (Tudela), Alonso (Correa) viajan solos. No van con el entrenador, con todas las cosas que necesitas para competir con las otras personas que tienen tu mismo talento, tus mismas capacidades, pero que tienen un equipo de trabajo y una logística por encima de nuestros surfers. Los estadounidenses, hawaianos, europeos van con todo su equipo multidisciplinario. Con toda esa información, con todo ese respaldo, recién entras al CT, donde observamos los países que copan la élite son los que nombramos anteriormente, además de los brasileños, los australianos. Y todos ellos cuentan con una fecha del Challenger en su país, es decir, son locales, conocen sus olas, sus playas”, señala Luis Eduardo Escudero.
Por su parte, Sebastián Alarcón lleva la problemática a un punto más de gestión deportiva, de un cambio desde las bases del surf peruano para que pueda estar presente en la élite. “Acá lo que se necesita es un arduo trabajo, más allá de lo que se le puede dar a los tablistas, esto es un punto más de gestión deportiva, de poder desarrollar el surf desde este aspecto. Se debe aprovechar que nuestro deporte ahora es olímpico, que llega a cada rincón del planeta, pero se debe mostrar, se debe dar a conocer primero nuestro deporte a las empresas, que se interesen y empezar desde abajo, con torneos nacionales bien posicionados, que se reconozca a todo el país para luego realizar grandes eventos QS para tener más chicos en el Challenger y contar con una delegación más amplía”, sostiene.
“Es verdad que las grandes potencias del surf tienen una ventaja por encima de nosotros, pero no quiero decir que el peruano no pueda guerrear. El talento del surfer peruano es grande, buenísimo y lo ves en los resultados como el de Alonso quedando cuarto contra las potencias en los Juegos Olímpicos. Entonces, ¿qué es lo que pasa? No hay plata. Yo me pregunto, ¿Toyota o alguna otra marca grande, importante del país, no puede apoyar a un surfer con 100.000 dólares? Es un sencillo para ellos. Sabemos que tienen la capacidad de hacerlo. Ahora, muchos se apoyan en que el Estado debe apoyar más, y claro, pero tampoco puede subvencionar todo. Tiene que ser una alianza, entre el gobierno y la empresa privada”, puntualiza Escudero.
El surf peruano puede estar en el Championship Tour (CT), como lo hizo durante una década, con título incluido, Sofía Mulanovich, pero para ello, lo que se necesita es un trabajo a largo plazo y en conjunto, entre la federación de surf, el Estado y la empresa privada. Todos de la mano para que se pueda conseguir el dinero suficiente como para que los surfers nacionales puedan pelear, en las mismas condiciones que los otros competidores, su pase a la CT. Como decía Sebastián Alarcón, lo primordial será empezar el cambio con las bases, es decir, con los Campeonatos Nacionales, tanto juniors como absolutos, que en los últimos años han pasado desapercibidos. Ahí está el trabajo. “Es un tema de dinero todo esto, además de logístico, de gestión, pero es un escenario que se puede trabajar, no es imposible”, finaliza Luis Eduardo Escudero.