El Atlas cumple 100 años en medio de una crisis de resultados. La afición creyó que con el cambio de administración de hace dos años llegarían las glorias esperadas, que con el dinero de la familia Salinas Pliego llegaría el añorado título, pero no.
El Centenario del Atlas llega con pocas esperanzas de título, con la joya de la cantera vendida al mejor postor y con las viejas glorias olvidadas o descansando en paz.
Más allá de que sólo tienen un campeonato, el del 51, en los 100 años de historia de los Zorros hay jugadores de leyenda, que hicieron proezas con la rojinegra y se quedaron a un paso de la gloria, otros son recordados por su manera de tratar la pelota, formando parte de Los Amigos del Balón u otros que también se quedaron sin el premio mayor lograron ser denominados como Los Niños Catedráticos o los Niños Héroes de La Volpe, pero desde 1951 los atlistas no saben de títulos, pese a eso, acá La Afición presenta el once de gala por motivo del Centenario rojinegro. Jugando con las diferentes épocas, por obvias razones algunos quedaron fuera por hacer su carrera lejos de Colomos o simplemente por el peso de la nostalgia.
Este es el once del Centenario:
Portero
Héctor Brambila (1969-1977): Un portero adelantado a su época. Un arquero de grandes capacidades técnicas, fue un cancerbero valiente, que se jugaba el físico en cada jugada. Estuvo en selección nacional, pero problemas extra cancha le impidió ser el indiscutible con el Tricolor, y el titular en esas fechas fue Rafael Puente.
Brambila con el Atlas le detuvo dos penaltis a Gerd Muller y a Beckenbauer en un amistoso en el estadio Jalisco, provocando que todo el inmueble se pusiera de pie y coreara el nombre de este arquero
Defensas
Pavel Pardo (1995 - 1998): Una de las piernas más educadas de los últimos tiempos salió de la academia rojinegra. Pardo desde su debut demostró un talento increíble por la banda derecha, posteriormente brilló en el medio campo. Mundialista por México, duró poco en la madriguera pues fue vendido pronto para solventar problemas económicos
Jesús del Muro (1954-1965): La elegancia en la zaga central del Atlas y el buen manejo de pelota ha sido un sinónimo de sus centrales. Se dicen cosas de Del Muro que parecen increíbles, para sus épocas cuentan que arrancando desde su área se quitó a nueve rivales, avanzó rumbo al arco enemigo y se burló al portero para hacer un gol de antología. Este zaguero es recordado por los atlistas de antaño como uno de los mejores jugadores de la historia rojinegra
Rafael Márquez (1996-1999): La cantera de los rojinegros tiene en Márquez su más grande estandarte. Jugó tres años con los Zorros, llegó a una final de Liga que perdieron en penaltis contra el Toluca, pero es por mucho el rojinegro más ganador de la historia. Con el Barcelona ganó todo lo posible, regresó a los Zorros para cumplir el sueño del campeonato y hasta el momento no ha podido
Felipe Zetter (1943-1951): Uno de los pocos jugadores que pueden presumir que hicieron campeón al Atlas. Don Felipe podía jugar varias posiciones y se caracterizó por su juego por las bandas, siempre atento a la marca y su buen paso con los Zorros lo llevó a jugar el Mundial de Brasil 1950 con el Tricolor
Mediocampistas
Juan Pablo Rodríguez (1997-2003, 2015): El Chato es un elemento que revolucionó el medio campo. Un elemento que así como recuperaba pelotas, sabía qué hacer con ellas. Proyectaba a los delanteros y hacía jugar al equipo. Formó parte de los Niños Héroes y su generación estuvo a nada de darle el segundo título a los Zorros, pero perdieron en penaltis ante Toluca. Su especialidad cobrar los tiros de penalti de manera magistral
Pepe Delgado (1965-1979): Un atacante de vocación. Atlista de toda la vida, cuando acabó su etapa como jugador era un bombero para los momentos críticos, siempre con la A rojinegra en el corazon. Fue técnico varias veces del equipo. Quienes lo vieron jugar dicen que fue un talento en el ataque, no sólo como delantero si no que hacía jugar al equipo y que defendía la camiseta a muerte
Bernardino García (1970-1976): Era el extremo que encantaba a propios y extraños. Ídolo de los niños y fanáticos rojinegros. El Berna formó parte de los Niños Catedráticos por la forma de jugar, él siempre buscaba la línea de fondo y siempre regalaba asistencia al Astroboy Chavarín y al Güero Aceves. El Berna fue parte importante de esa generación de los Zorros, pero como siempre pasaba se quedaron cerca de los títulos. Los Niños Catedráticos son recordados por su juego, no por sus logros
Delanteros
Alfredo Pistache Torres (1951-1970): En su primer partido como profesional metió dos goles. Lo vieron en un partido preliminar de un Chivas vs Atlas y de inmediato lo ficharon, debutó a los tres días de que lo firmaron. Un atacante que siempre marcó goles. Llegó al equipo después del campeonato y logró ser una leyenda gracias a que siempre estuvo en las malas, era otro de esos timoneles institucionales, cada que había dar la cara por el Atlas el Pistache era de los que siempre tomaban las riendas del equipo y corregir el rumbo del equipo. Al final, él descubrió jugadores de la calidad de Daniel Osorno, Jared Borguetti entre otros
José de Jesús Aceves (1970-1976, 1983-1986): A los 17 años ya había debutado en la Primera División cuando Ney Blanco le dio la alternativa. Un delantero de esos letales, con mucha efectividad frente al arco rival. El Güero siempre se destacó como un rompe redes de esos que le das un espacio y termina por hacer daño. Con la rojinegra marcó 82 en sus dos etapas con el conjunto de Colomos. Aceves es el máximo goleador de los atlistas. Nadie se le acerca por el momento como el anotador histórico del Atlas, pese a que jugó en dos etapas tampoco logró el ansiado título de Liga
Edwin Cubero (1948-1954): El 22 de abril de 1951 el tico marcó de penalti el gol del título rojinegro. Cubero venció al Tubo Gómez y así se coronó el conjunto rojinegro. Muchos años después el mismo portero del Rebaño decía que fue un robo, que nunca había sido penalti a favor del Atlas. Cubero es el héroe histórico de los atlistas, un jugador que le dio la única estrella a los atlistas.
El atacante escribió con letras de oro, siempre se le vinculará con la historia de la Academia, su gol dio un título y desde esa fecha hasta ahora no hay más campeonatos. En este Centenario se le recuerda, pero ya es momento de que llegue otro héroe a darle el ansiado título a la parcialidad rojinegra
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SRN