Corean el nombre de Colombia vestidos con las camisetas amarillas de su selección de fútbol. Ondean banderas con el amarillo, azul y rojo de los colores nacionales. Lloran, gritan y ríen. Parece que sólo les faltara gritar el gol.
Pero aquí no hay pelota. Sólo una barra con mucho peso.
Colombia es mejor conocida por los goles espectaculares de James Rodríguez que le valieron el botín de oro en la última Copa del Mundo. O por ciclistas como Nairo Quintana, el ganador del Giro de Italia, o Mariana Pajón, medalla de oro en BMX en 2012 en los Juegos Olímpicos de Londres. Pero desde la gradería, los hinchas colombianos han convertido en una fiesta el levantamiento de pesas en Río de Janeiro donde el lunes celebraron el primer oro de su país en Río, gracias al triunfo de Oscar Figueroa.
"Colombia tiene una hinchada y una pasión alrededor del deporte muy grande", comentó Santiago Salinas, un ingeniero colombiano de 31 años que viajó a Río para animar al equipo con su familia. "La razón para estar acá es precisamente para apoyar al deportista colombiano, no sólo en los deportes principales como el fútbol y el ciclismo, sino en la multidisciplinar porque todos los deportistas, independientemente del deporte, necesitan mucho apoyo".
Tras conquistar el lunes el oro en la categoría de 62 kilos de la halterofilia, Figueroa se quitó las zapatillas, se arrodilló y se tiró hacia atrás, sin poder contener las lágrimas. En las gradas, los hinchas colombianos coreaban su nombre. Muchos también sin poder contener el llanto.
"Los hinchas colombianos somos muy llorones. Lloramos mucho", dijo Salinas entre risas. "Somos muy emocionales. Y eso habla muy bien de los colombianos, de la forma en que sentimos y vivimos el deporte. Es pura alegría de poder tener deportistas en el top mundial".
En preparación para la competencia de los 63 kilos femenina el martes, Salinas, su padre y sus hermanos colgaron una bandera de Colombia y coloridas mochilas típicas de la tribu Wayuu hechas a mano. Algunos usaban turbantes con los colores nacionales, mientras que otros usaban el tradicional sombrero volteado de la costa colombiana.
"El levantamiento de pesas ha venido fortaleciéndose. Creo que es uno de los pocos deportes que nos ha dado medallas. Es un deporte que nuestra mente no es muy fuerte en Colombia, pero que es muy representativo a nivel de resultados", dijo Carlos Orlando Salinas, el padre de Santiago, quien también había viajado con su familia para apoyar a los atletas colombianos en el Tour de Francia, el Giro de Italia y otros escenarios mundiales.
Colombia tiene apenas tres medallas olímpicas de oro, y dos son gracias a la halterofilia: Figueroa y María Isabel Urrutia en Sydney 2000. La otra la consiguió Pajón hace cuatro años en Londres.
"Asistimos al Mundial de fútbol aquí en Brasil y el apoyo era inmenso. Estuvimos en Brasilia y había 70,000 colombianos. Era como estar en casa", dijo Carlos Salinas. "Así es el hincha colombiano".