Universitario ha sido eliminado de la Copa Libertadores 2024 en su año de Centenario, lo que significa que el equipo crema no podrá seguir compitiendo en el torneo más importante de clubes en el continente. Su derrota por la mínima diferencia contra Botafogo fue determinante en su eliminación, aunque todavía mantienen viva la posibilidad de seguir en competencias internacionales, lo cual se definirá en la última fecha visitando a Liga de Quito. El Estadio Monumental fue testigo de una aceptable actuación futbolística del equipo de Fabián Bustos, aunque existen aspectos claves que resaltar y que explican la caída del conjunto merengue.
En primer lugar, es importante mencionar la discreta actuación de Matías Di Benedetto, quien desde los primeros minutos quedó condicionado con una tarjeta amarilla. El zaguero argentino también cometió el error que propició el ataque letal del ‘Fogao’ para marcar el gol del triunfo. Además, debemos destacar que los cremas tuvieron la mayor posesión del balón; sin embargo, no estuvieron efectivos de cara al arco. Por último, los cambios realizados por Bustos esta vez no dieron resultado, ya que los jugadores no lograron cambiar el destino en el marcador.
Di Benedetto y una noche para el olvido
Apenas a los cinco minutos de juego, Matías Di Benedetto recibió la primera tarjeta amarilla del partido por una entrada temeraria contra un rival. Esta jugada, aparentemente insignificante en el campo de Botafogo, condicionó al defensa argentino durante los 85 minutos restantes del partido. En el aspecto defensivo, su rendimiento estuvo por debajo de lo esperado. A pesar de registrar tres despejes, no logró realizar intercepciones ni bloquear ningún tiro. Además, no pudo superar a ningún oponente en el regate y perdió en el juego por tierra. Aunque mostró solidez en los duelos aéreos, ganando 6 de 9, en general su desempeño defensivo fue limitado.
Matías Di Benedetto tuvo una responsabilidad destacada en el gol de Jeffinho. Después del rechazo del arquero John hacia el campo crema, el balón llegó a Di Benedetto, quien no logró controlarlo adecuadamente y lo dejó en disposición de un jugador contrario. Este último no dudó en asistir rápidamente al autor del gol, quien tuvo un camino libre hacia el área y remató con éxito. A pesar de su intento por enmendar el error, el argentino no pudo cerrar la jugada.
Cero eficiencia frente al arco
Las estadísticas del encuentro muestran que Universitario tuvo un 59% de posesión de balón, mientras que Botafogo tuvo el 41% restante. En el segundo tiempo, los cremas llegaron a tener su posesión al 61%. Sin embargo, a pesar de esta superioridad en el control del juego, Universitario no logró convertirla en oportunidades de gol. De los 16 remates realizados, solo dos fueron dirigidos hacia el arco rival. Por otro lado, Botafogo solo intentó cinco remates, uno de los cuales, defendido por Britos, resultó en el gol de la victoria.
En este sentido, ni Alex Valera ni Edison Flores estuvieron en su mejor nivel. Valera luchó intensamente con los defensores centrales brasileños, pero nunca logró recibir cómodamente, especialmente en el juego aéreo. Durante los 66 minutos que estuvo en el campo, solo pudo realizar dos remates, uno fuera del arco y otro que fue bloqueado. Por su parte, ‘Orejas’ Flores tampoco contribuyó en ataque, con apenas un remate que fue bloqueado.
Cambios sin trascendencia
Durante la temporada, Fabián Bustos había tenido éxito en algunos partidos con sus cambios, los cuales muchas veces le ayudaron a salvar resultados. Sin embargo, frente a Botafogo esta vez no se pudo repetir la fórmula. Primero, los cambios habituales de delanteros, José Rivera y Diego Dorregaray, no estuvieron a la altura. A ‘Tunche’, quien regresó después de seis partidos, le costó entrar en sintonía con el partido. El argentino tampoco tuvo mucha injerencia en el juego, limitándose a chocar con los defensas y teniendo una oportunidad de cabeza.
En la segunda mitad, la ‘U’ perdió el control del balón y Bustos mandó a la cancha a Christofer Gonzales y Jairo Concha. Ante una defensa muy cerrada, se pensó que alguno de los dos podría darle ese toque distintivo para romper líneas y habilitar a los delanteros. Quien más pidió el balón fue Jairo Concha, pero sus servicios al área brasileña no estuvieron acertados. Por último, tal vez el que mejor se conectó con el partido fue Horacio Calcaterra. Marcó, corrió y distribuyó, pero no encontró asociación para generar peligro.
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