“Prefiere que su Cristal empiece ganando, pero cuando eso falla, prepara sus discursos calientes”: Enderson Moreira, el brasileño “gruñón” que busca hoy asegurar el Apertura [VIDEO]

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Queda claro que a Moreira no le gusta exponerse a la adversidad. Por eso, prefiere que su Cristal empiece los partidos ganando y acomodándose rápido con goles a favor en los primeros minutos. Cuando eso falla, comienza a preparar sus discursos calientes.

Como hombre nacido en Belo Horizonte, por supuesto que Enderson sabe lo que es un buen café. Su estado, Minas Gerais, es uno de los principales fabricantes de este producto que también está asociado al verbo despertar. Cristal, en muchos momentos de esta temporada, ha permanecido con los ojos bien abiertos. Sin embargo, como diría Toño Vargas, en estas instancias del Apertura sabe que no vale parpadear.

A diferencia de su antecesor, Tiago Nunes, Enderson Moreira también es explosivo aunque tiene la buena costumbre de hacerlo, sobre todo, sin público cerca. Nunes, en cambio, se exponía con tarjetas rojas y hasta con un anecdótico enfrentamiento en el centro de una cancha con el ahora lesionado Yotún. Los dos son brasileños que se molestan. Pero Moreira es un gruñón “más caleta”.

Enderson Moreira

Sus números con Cristal

Partidos dirigidos: 16

Victorias: 12

Empates: 1

Derrotas: 3

Goles a favor: 40

¿Otra odiosa comparación? Los dos llegaron al cierre de una mitad del torneo en el primer lugar, los dos dependiendo de sí mismos. Nunes, en cambio, tuvo más momentos de funcionamiento colectivo y Moreira supo darle más efectividad a sus refuerzos. Aunque es justo lanzar un dato que podría redimir a Tiago: Moreira tiene a Cauteruccio, mientras que Nunes tuvo a Brenner.

Enderson Moreira, un académico que comenzó trabajando con menores en América Mineiro, ha encajado en el plan actual de Sporting Cristal, un club que trata de priorizar el modelo de negocio formativo. Sin haber sido futbolista profesional, Moreira se presentó en el balompié brasileño con el título de Educación Física. Pero que nadie se confunda con su engañosa apariencia de oficinista. Ya tiene casi quince años como entrenador. Por eso se molesta con autoridad. Porque ya tiene cancha.