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De Santis, de 21 años, metro 93 de estatura, es un ‘9′ pintoresco, capaz de pasar de la compasión al rechazo en pocos minutos. Llegó a Alianza Lima de último momento para cubrir la lesión de Pablo Sabbag y terminó siendo titular en Copa sin merecerlo: lleva nueve partidos y no ha marcado un solo gol, sí dio dos buenas asistencias.
Ante Cerro tuvo un par de chances en el inicio, pero terminó desperdiciando las ocasiones de manera increíble. Se puede valorar sus ganas para revertir su situación, pero Alianza es un club que no puede darse el lujo de esperar a nadie, mucho menos disputando la Libertadores, un torneo que cada año es un puñal en el corazón: los íntimos no solo no han ganado en esta edición, sino que no pueden conseguir un triunfo como local desde 2012.
Análisis
Ganarle al cuadro paraguayo no solo era una necesidad, sino una obligación. Pero sin peso en ataque, es casi imposible. Con cuatro partidos jugados, los íntimos apenas suman tres puntos y marchan últimos en su grupo. Este es el UnoxUno del empate que condena a los dirigidos por Restrepo.
Partidos jugados: 3 (1 como titular)
Minutos por partido: 42
Goles: 0
Remates por partido: 2.3
Remates a puerta por partido: 0.3
Asistencias: 0
Grandes ocasiones creadas: 0
Porcentaje de duelos ganados: 36%
Vía: SofaScore
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Una defensa insegura
Quizá sea por la disposición en el campo de los jugadores porque Alianza, a diferencia de los anteriores partidos en lo que fue muy defensivo, no jugó con cinco atrás sino tres. Los dos carrileros (Serna y Freytes) casi siempre tuvieron funciones ofensivas y dejaron descubierta sus espaldas. Y en ese escenario, Jiovany Ramos, el stopper por derecha, mostró muchas falencias: perdió divididas y le ganaron muy fácil la espalda. Carlos Zambrano tampoco tuvo una buena noche a la hora de cubrir al panameño. Sufrió más de la cuenta el ‘León’. Lo mismo por izquierda con Garcés, a quien le costó asentarse en el partido.
Ángelo Campo no tuvo responsabilidad directa en el gol visitante, pero sí pudo hacer algo más en un centro llovido como el que conectó el argentino Juan Iturbe de metro 73 de estatura.
En la segunda mitad, con un Alianza totalmente desesperado por el empate, jugando a lo que sea, los defensores íntimos sufrieron los contragolpes y tuvieron que frenar cada acción con faltas. Eso sí, el árbitro del partido, el venezolano Jesús Valenzuela, dejó pegar a los paraguayos en cada dividida. Poco criterio para dirigir.
Rodríguez debe tomar riesgos
“Es la posición en la que se siente más cómodo”, aseguran desde Matute. Instalado como un ancla pero sin marca, Sebastián Rodríguez es el encargado de orquestar cada ataque aliancista. El problema es que son pocas las veces en las que arriesga en un pase entre línea, solo intenta abrir espacios jugando hacia los costados. Eso sí, hizo mucho daño con sus centros, de hecho fue el que asistió a Barcos en el gol.
Cristian Neira y Catriel Cabellos fueron sus acompañantes en ese triángulo invertido en el medio. Los dos de irregular desempeño. Neira empezó bien, buscando los espacios y siendo peligroso, pero se fue diluyendo con el pasar de los minutos. Cabellos corrió más de lo que jugó. Estuvo arriba, al medio y abajo, incansable, pero de nada sirve que tenga kilómetros recorridos si no aporta en fase defensiva u ofensiva.
Kevin Serna jugó casi como un volante por la banda. Fue de lo mejor en el primer tiempo por la derecha. Intratable, un dolor de cabeza para su marcador. Hizo y deshizo como quiso, pero las ocasiones que creó fueron erradas por Barcos o De Santis. En el segundo tiempo, en medio de la confusión, también se perdió. Pidió un momento tranquilidad a sus compañeros pero se dejó llevar por el huracán de la desesperación y desapareció.
Freytes, por izquierda, corrió y luchó como pocos. Pero estuvo impreciso en todos sus centros o en sus arremetidas intentando conectar de cabeza. Una vez más: se valora su esfuerzo, pero con eso no basta en un torneo tan competitivo como la Copa.
Sin peso en ataque
Poco más se puede decir de Jeriel de Santis. Y a su lado estuvo Hernán Barcos. Al argentino de 41 años le costó sobreponerse a sus marcadores. Tuvo en sus pies el primero, pero lo falló. Luego se equivocó en las decisiones a la hora de dar un pase. Lo que no se puede negar es que es un líder. Siempre le mostró su apoyo a De Santis dentro del campo.
Los cambios en ataque tampoco sirvieron. Gabriel Costa ingresó, pero no influyó absolutamente en nada. De hecho, desperdicios algunos ataques por la apatía con la que jugó. Zanelatto intentó en base a su velocidad, pero no pudo desequilibrar.
Con el gol a los 80 minutos, Alianza se ilusionó con el triunfo, pero no pudo. Casi se lleva los tres puntos. Y esa es la palabra que grafica este primer semestre del club íntimo: casi. Aunque para competir eso -queda claro- no basta.