A pesar de sus 54 años, Eliana González del Riego mantiene viva su llama por el tenis de mesa. Esta dedicación se hace evidente cuando se fastidia ante un mal golpe durante sus entrenamientos. Su mirada fija en la pequeña pelota de 40 mm de diámetro es testigo de un romance inquebrantable, un amor por este deporte que nunca ha dejado de latir y que hoy la ha llevado de vuelta a la cancha que alguna vez cambió su vida. En un contexto donde predominan deportistas más jóvenes, Eliana, quien ya ha cosechado éxitos en el tenis de mesa peruano, se sigue destacando por su autocrítica y exigencia consigo misma en busca de un mejor desempeño. Reconoce que para alcanzar el más alto nivel debe maximizar su nivel de juego, especialmente ahora que se acerca el Preolímpico de Tenis de Mesa, que se celebrará en nuestro país del 14 al 28 de mayo.
Este campeonato, que se llevará a cabo en el Polideportivo 3 de la sede Legado Videna, contará con la participación de 56 jugadores provenientes de 18 países de América. Entre ellos se encuentran destacados tenismesistas olímpicos como Andy Pereira de Cuba, Horacio Cifuentes de Argentina, Kanak Jha de Estados Unidos, Paulina Vega de Chile, Yadira Silva de México, y Mo Zhang de Canadá, entre otros. El evento, conocido como ITTF Americas Qualification Event 2024, otorgará cuatro plazas para Paris 2024 tanto en la categoría femenina como en la masculina. En este torneo, Gonzales del Parra buscará participar en unos Juegos Olímpicos nuevamente después de 28 años, ya que su última vez fue en los Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona y Atlanta 1996.
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¿Cómo va tu preparación para el Preolímpico, Eliana?
Nos hemos estado preparando intensamente desde enero, con sesiones de entrenamiento de doble horario, de 7 a 9 de la mañana y de 5:30 a 8 de la noche. En marzo y abril, nos concentramos en un solo horario de entrenamiento. En abril, hicimos un control para los participantes del Preolímpico. Estamos entrenando con dedicación y esfuerzo. Recientemente comenzamos la Copa Regatas Internacional, seguido por el Preolímpico.
¿Todavía consideras que hay aspectos por mejorar para alcanzar tu mejor nivel?
Bueno, no tanto en términos de correcciones, sino más bien en reconocer que hay exponentes muy fuertes. Hay chicas que están compitiendo en Europa y en circuitos mundiales. Además, hay dos canadienses que son muy fuertes. Es realmente sobre ponerse en la mesa y jugar con toda la energía y la fuerza. No podemos permitirnos disminuir el nivel ni la motivación.
¿Dada tu experiencia, sigues experimentando nervios para este tipo de eventos?
Te contaré que hace al menos 18 años que no compito a este nivel internacional. Empecé jugando simplemente en torneos de mi categoría máster, ya que tengo 54 años. Pero poco a poco las cosas fueron cambiando. Comencé a participar en eventos de categoría libre y me fue bien. En diciembre participé en el ranking nacional y clasifiqué en primera ronda como primera. Este camino ni siquiera estaba planeado por mi parte. El tenis de mesa es algo que amo y he disfrutado toda mi vida, y he traído muchos títulos al Perú. Volver a sentir esta emoción es increíble para mí. Estar en un preolímpico ya es un logro importante, considerando que competiré con personas que podrían tener hasta 30 años menos que yo. Pero todo radica en la mente y en el corazón, así como en el nivel de motivación que uno le pone a lo que hace. Por lo tanto, para mí, definitivamente hay nervios y un poco de ansiedad de saber cómo me va a ir.
¿Cuál fue la principal motivación para regresar a las canchas?
Estaba atravesando un proceso personal complicado en ese momento. Y qué mejor que el deporte, ¿no? Para liberarme del estrés y las emociones negativas de la vida. Necesitaba hacer algo diferente. Aunque siempre me he mantenido activa, no estaba jugando tenis de mesa durante esos 17 años. Sin embargo, siempre he estado en el gimnasio, cuidando mi forma física con una buena alimentación y entrenamientos intensos. Cuando decidí volver a entrenar, ya me sentía físicamente preparada. Así que, simplemente necesitaba volver a la mesa y entrenar duro.
¿Y sabes de otros casos así como el tuyo que ya han regresado después de mucho tiempo?
Sí, tenemos el caso de la chilena Tania Zeng, que es una jugadora china nacionalizada chilena. Bueno, ella vive en Chile desde hace 30 años. También regresó hace unos dos años y medio, al menos. Tiene 58 años y también está participando en el Preolímpico. Creo que somos las más jovencitas del torneo. Como le digo a las chicas, entre las dos vamos a sumar más de 100 años.
¿Cómo ha cambiado tu vida desde que dejaste el tenis de mesa hasta ahora?
Estuve muy enfocada en mi trabajo. Siempre trabajé muy duro en compañías de seguros. Mi vida se centraba en ir al gimnasio y trabajar duro, tanto física como profesionalmente. Decidí retirarme en 2005 después de los Juegos Bolivarianos en Colombia. En ese momento, ya tenía un hijo de cinco años; había nacido en el año 2000. Me reincorporé al tenis de mesa en 2002 y jugué hasta 2005. Sin embargo, me desmotivé después de los Juegos Bolivarianos porque sentía que no había un apoyo suficiente por parte del Comité Olímpico. Guardé mi raqueta y no la saqué nunca más, salvo para algunos campeonatos interseguros. No tenía interés en entrenar más. Fue un momento de liberación para mí. Uno debe saber cuándo retirarse. Venía de buenos torneos internacionales, como ser campeona del Odesur. Luego, vi a Luz y volví a incorporarme, pero con nuevas responsabilidades: el trabajo, mi hijo y el entrenamiento. Prácticamente no veía a mi hijo, así que tuve que tomar una decisión. Decidí retirarme para ser una mamá presente. Mi hijo no pudo verme jugar a nivel internacional, pero sí en campeonatos locales cuando tenía cuatro o cinco años.
¿Qué sientes al saber que esta será la primera vez que tu hijo te verá competir a nivel internacional?
Creo que una de las cosas por las que sigo jugando en esta etapa es el apoyo de mi hijo. Mi recuperación no es la misma que la de una joven de 20 o 18 años. Durante enero y febrero, tuve una carga de entrenamiento intensa. Mi hijo está estudiando Psicología Aplicada al Deporte y está haciendo prácticas en Videna. Cada mañana, lo acompañaba a trabajar a las 7 y luego me dirigía a mi entrenamiento. Hubo momentos en los que me sentí agotada y pensé en rendirme, pero él me animaba a seguir adelante. Durante el control para el Preolímpico, que fue a puerta cerrada, mi hijo estaba allí, brindándome apoyo moral. Su presencia me tranquilizaba y sus palabras de aliento me ayudaban a mantener la calma. El simple hecho de tenerlo allí, viéndome competir y dándome ánimos, no tiene precio. Es un gran motivador para mí.
¿Cuáles son tus expectativas para el Preolímpico?
Es bastante difícil. Soy muy realista. Voy a competir con jugadoras que están en circuitos mundiales, que juegan en Europa. Mi experiencia se limita a competir en el Club Regatas, en el Club AELU y en el Club Círculo. No es lo mismo. Pero, en última instancia, se trata de estar en la mesa, enfocarse en lo que se debe hacer, ponerle corazón y darlo todo con la mayor determinación posible, al 100%.
¿Cuánto ha cambiado el tenis de mesa desde que jugabas?
Uf, un montón. Ha cambiado muchísimo. Ahora se juega todo por encima de la mesa, es muy rápido y veloz. Han cambiado las pelotas y hay una infinidad de tipos de gomas y pegamentos. Todo es diferente. Antes, teníamos la técnica antigua de golpear la pelota un poco hacia abajo, pero ahora todo es sobre la mesa, sobre la pelota. Todo es arriba, arriba, arriba, ¿entiendes? Y sí, es mucho más rápido, mucho más agresivo.
¿Te ha costado adaptarte?
Sí, me ha costado adaptarme. Al principio, como te mencioné, físicamente no tanto, porque estaba en buena forma. Sin embargo, hay ciertos músculos que no se ejercitan en el gimnasio. Y hasta el día de hoy siguen corrigiéndome. Todo es sobre la mesa, sobre la pelota, arriba, Yo sigo yendo hacia abajo para golpear la pelota o cosas así.
¿Qué crees que hace falta para que volvamos a tener un poquito más de nombre internacional?
Lo que sucede es que fuera se está llevando a cabo un trabajo bastante diferente al que se hace aquí. Todos los buenos jugadores salen a competir fuera de sus fronteras. Están viviendo, quizás, en Alemania, Portugal o España, entrenando y teniendo más experiencia internacional. Aquí, por ejemplo, los jugadores mayores pasamos todo el año entrenando sin tener muchas competencias. El Sudamericano que se iba a hacer aquí, luego cambian la sede a Paraguay, aduciendo que no hay presupuesto para los mayores. Esto desmotiva a personas de mi edad, y aunque no te lo creas, también a jóvenes de 21 o 22 años que están en la categoría superior. ¿Cuál es su incentivo? Ninguno. Así que básicamente pasan todo el año entrenando solo para competir en los torneos locales en Lima. Mientras tanto, ves a personas, tal vez de otros países, entrenando y jugando en torneos importantes fuera.
¿O sea, las cosas no han cambiado tanto desde que tú decidiste retirarte?
Lo que sucede es que es diferente. En mi época, en Latinoamérica, solo los cubanos competían regularmente en China y Corea. El resto de países latinoamericanos entrenaban en casa. Me refiero al apoyo al deporte. Ahora, al menos, hay más apoyo con el PAD (Programa de Apoyo al Deportista) del IPD. Muchos atletas reciben este respaldo, aunque personalmente nunca recibí ni un sol por jugar. La única vez que recibí subvención fue de 500 soles al mes, pero la burocracia lo redujo a 150 soles. Ahora veo que hay más apoyo en general.
¿Quiénes son los principales referentes del tenis de mesa en el Perú?
Aquí tenemos a Rodrigo Hidalgo, por ejemplo. Él está en Alemania, pasa una temporada en Perú y luego vuelve a Alemania. También está ‘Nano’ Fernández, quien lamentablemente ya no está en la selección, pero es un chico que ha ganado muchas medallas para el Perú. Es una potencia increíble, un jugador muy talentoso. Ahora está jugando en España. Tenemos a Isabel Duffó, que también pasa una temporada en España y otra en Perú. Además, jugadores como Adrián Rubiños, que va a Francia, regresa y luego vuelve allá. Ellos son los que han alcanzado un nivel más alto en este momento. Ahora se nota mucha diferencia en el nivel entre hombres y mujeres, ya que solo tenemos a Isabel Dufault y ya está.
¿Sueles dar consejos a los jóvenes en el tenis de mesa?
Sí, por supuesto. Cuando entreno con los más jóvenes, a veces noto que cometen errores. Les señalo lo que están haciendo mal y les doy consejos sobre cómo corregirlo. Uno de mis objetivos al estar aquí es compartir mi experiencia en el deporte y ayudar a los jóvenes a mejorar. Quiero contribuir para que este hermoso deporte empiece a cosechar las medallas que todos esperamos.
¿Qué recuerdas de tus participaciones en los Juegos Olímpicos?
Lo máximo. La verdad es que para mí fue una experiencia inolvidable. Creo que, por ejemplo, en Barcelona fui la única jugadora de Latinoamérica que ganó un partido. Me tocó enfrentarme a una chica de Nigeria en mi grupo, y pude ganarlo en un partido muy reñido debido a que también jugaba bastante bien. Sin embargo, en Atlanta lo vi mucho más complicado, mucho más difícil. Pero fue una experiencia increíble. Ahí pudiste ver a los mejores del mundo, las chinas, cómo jugaban, fue impresionante.
¿Cómo manejas la presión ahora que ya has logrado el éxito en el tenis de mesa?
La verdad es que ahora juego por diversión en todos los torneos en los que participo. Antes disfrutaba jugar, siempre fui una jugadora muy expresiva en la cancha, me gustaba hacer un espectáculo durante los partidos. Si podía tirarme al suelo o realizar movimientos extravagantes para devolver la pelota, lo hacía. La gente solía disfrutar de mis partidos por eso. Sin embargo, ahora compito sin la presión de tener que ganar. Juego porque me gusta y me siento más tranquila de esa manera. No me genera tanta ansiedad estar en la mesa y preocuparme por ganar a toda costa. Simplemente entro a jugar, me divierto y disfruto lo que hago. Y la verdad es que me está yendo muy bien con esta mentalidad.
¿Crees que volver a jugar al tenis de mesa ha llenado algún vacío que sentías?
Sí, definitivamente. No era lo mismo solo ir al gimnasio a entrenar todos los días, aunque también disfruto de eso y lo extraño. Pero siempre tuve esa chispa competitiva, el deseo de competir, de sentir que la gente disfruta viendo un buen partido y de gozar de lo que hago. Cuando volví a jugar, realmente llenó un gran vacío que sentía. Ahora me encuentras aquí, jugando, entrenando, a mis casi 55 años.
¿Hasta qué edad piensas que puedas seguir jugando así?
Hasta que mi cuerpo me lo permita. Aunque ahora estoy lidiando con algunos problemas en la rodilla, estoy haciendo un trabajo de fortalecimiento de cuádriceps para superarlo. Después del preolímpico, seguiré con mi rutina, fortaleciéndome en el gimnasio por las mañanas y entrenando por las noches. Mientras pueda seguir jugando y contribuir con mi experiencia, especialmente para ayudar a los jóvenes, estaré feliz de hacerlo.
Hoy en día, ¿crees que se juega más al tenis de mesa en el Perú?
Sí, definitivamente. Si comparo la situación actual con la época en la que yo jugaba, ahora se observa una mayor cantidad de personas participando en el tenis de mesa. En los torneos de clubes locales, me sorprende ver la cantidad de gente que participa. Por ejemplo, en la Copa Regatas habrá alrededor de mil participantes. Es evidente que hay una gran cantidad de personas jugando. Incluso hay niños tan pequeños que apenas llegan a la mesa. Estos son los talentos futuros que debemos apoyar y entrenar duro con ellos.
¿Por qué crees que el tenis de mesa llama tanto la atención?
El tenis de mesa es un deporte realmente muy competitivo. Se trata de un deporte individual que requiere una gran habilidad visual y reflejos rápidos. Además, el tenis de mesa ha sido reconocido por sus beneficios para la salud cerebral, como la prevención del Alzheimer. Es excelente en ese aspecto. Actualmente, puedes ver a personas de hasta 80 años jugando ping pong. En torneos como los de Regatas o la Copa Aelu, incluso hay categorías para personas de 70 u 80 años que participan activamente.
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