MIRA: Alianza Lima, el club que se hizo campeón de la Liga de Vóley desde el latido de hincha de cada una de sus jugadoras | OPINIÓN
Lo bueno es que hay cómo. Las dirigidas por la brasileña Jaqueline Ucella tienen orden y mentalidad. Dentro de esa estructura destacan figuras como Birka Ruiz, una mediapunta con dribbling, desborde y gol; o Valerie Gherson, delantera preclara dentro y fuera del área. El soporte es Mía León, lo que se llamaría una tiempista capaz de asistencias magníficas, como aquella ante Ecuador, o de manejar la ansiedad por delante de la línea de defensas. En términos futbolísticos es un equipo que maneja bien la pelota parada ofensiva (ver el descuento ante Paraguay, por ejemplo, el equipo se beneficia mucho del buen pie de María Alejandra Espejo), y que no ha carecido de competitividad ante rivales con mejores pergaminos y marketing. La estrepitosa derrota última ante las albicelestes no debería decolorar una actuación que viene siendo dignísima.
¿Qué se debe mejorar? La coordinación en el trabajo defensivo, tanto cuando buscan salir tocando (muchos errores) como cuando deben intercalar relevos o despejar balones frontales. La presión puede revelar cierta fragilidad y ese es un aspecto para mejorar, lo que es entendible de cara a una madurez profesional aún por venir. También se podría añadir a la lista de deseos más rapidez en las transiciones y mejor cobertura por los laterales. La portera Arcos debe mejorar sus salidas…
Todo deporte, y el fútbol femenino ha sido muy pródigo al respecto en el pasado reciente, necesita un momento fundacional para despertar y despegar. La icónica celebración de Megan Rapinoe luego de anotar a Francia en los cuartos de final del mundial 2019, o la explosión de Aitana Bonmatí como figura total luego de obtener el Balón de Oro 2023, son buenos ejemplos. Más allá del resultado con el que se acabe este Sudamericano, todo hace pensar que ha llegado el momento de que Perú construya su tradición en base a estas jugadoras, quienes puedes ser los modelos a seguir de las próximas generaciones de futbolistas.
Pero mal haríamos en dar por terminada una tarea que recién empieza. Queda una semana de competencia y, como bien dijo Obdulio Varela en el momento más álgido de la historia del fútbol, “cumplidos solo si somos campeones”. Parte del reto de esta generación debe ser también cambiar los triunfos simbólicos por los reales y la cultura del “casi” por la del logro. No es fácil, pero nunca nadie dijo que lo sería.
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