En la frenética maquinaria del fútbol, donde cada triunfo se celebra y cada derrota se analiza con lupa, el Real Madrid no es ajeno a la vorágine constante de decisiones y movimientos estratégicos. Mientras los héroes en el terreno de juego conquistan partidos y avanzan en la búsqueda de títulos, como LaLiga, que prácticamente está ganada, y la Champions League, donde ya alcanzaron las semifinales, en las altas esferas del club merengue el trabajo nunca cesa. Bajo la incansable dirección de su presidente, Florentino Pérez, el equipo blanco no solo se afianza en el presente, sino que también mira hacia el futuro, analizando todas las opciones en el mercado de fichajes.
Uno de los nombres que resuena con fuerza en las oficinas madridistas es el de Kylian Mbappé. La inminente llegada del delantero francés promete sacudir los cimientos del fútbol europeo, pero trae consigo sus propias consecuencias. En este caso, se habla de posibles bajas, entre las que destaca la figura de Luka Modric. El croata, próximo a cumplir 39 años, ve acercarse el fin de su contrato y todo apunta que no habrá renovación.