El Barcelona derrotó 1-0 como visitante al Cádiz y continúa en la lucha por LaLiga con el Real Madrid.
El Barcelona no se rinde. Con penas y trabajo, con más sufrimiento que solvencia o brillantez, ganó en Cádiz, gracias a un golazo de João Félix, y con un equipo inédito sumó tres puntos para seguir soñando con revalidar un título de LaLiga que tras la victoria, también ajustada, del Real Madrid en Mallorca se ha convertido en poco menos que una quimera.
El domingo próximo, en el Bernabéu, podría el líder sentenciar el campeonato o, quién sabe, abrir un resquicio al milagro del Barça si lograse el triunfo. Será en una semana... Días después de que el equipo de Ancelotti en Manchester y el de Xavi en Montjuïc sentencien su continuidad o despedida en la UEFA Champions League, el otro objetivo de los merengues y, casi, el único que le queda a los culers.
Pendiente del PSG, el entrenador azulgrana retó a su segunda unidad. Le dio la responsabilidad de ganar un partido molesto y que no pasará a la historia de la temporada. Había que ganar. Y ganó. Poco más que decir…
Xavi, que no podía contar con los sancionados Robert Lewandowski ni João Cancelo (además de Iñigo Martínez), decidió dejar en el banquillo a Ilkay Gündogan, Ronald Araújo, Raphinha, Frenkie de Jong, Pedri y Lamine Yamal. Jugó su segundo partido como titular Vitor Roque dos meses después, reapareció Marcos Alonso, inédito desde noviembre, volvió al once Oriol Romeu por primera vez desde enero, como lo hizo Hector Fort y entraron también en la alineación Ferran Torres o Fermín. Una revolución en toda regla... que por fuerza tenía que dejarse notar.
Notó la inactividad Marcos y les costó encontrar el ritmo tanto a Ferran como a Oriol Romeu. Agobiado por su clasificación y viendo que enfrente se encontraba una versión B del campeón, el Cádiz salió con ganas de agobiarle. La presión, fuerza, intensidad y rapidez con que se empleó desde el inicio el conjunto andaluz incomodó a un Barça tan inédito como falto de compenetración.
Pero lo que en meses pasados se habría sospechado un desastre ahora se adivina lo contrario. No le hace falta al equipo de Xavi arrollar al rival para encontrar premio a su supuesta superioridad y aunque el Cádiz le salió respondón y que no contabilizó apenas una ocasión en la primera media hora, a la que el Barça remató entre palos se encontró con el gol.
Un golazo en toda su extensión de la palabra. Una chilena tan sorprendente como excepcional de Joao Félix que rompió los esquemas locales y tranquilizó al equipo catalán, que pudo irse al descanso con una ventaja mayor si el remate de Fermín no lo hubiera sacado bajo palos Victor Chust.
Ahorrando energías, o quizá sin dar mucho más de sí mismo, el Barcelona que había acabado el primer tiempo con una superioridad ya manifiesta, frenó el ímpetu en la segunda y poco a poco le fue dando vida a un Cádiz que tomó ese permiso con determinación. Ni los cambios, con la entrada de Pedri, Lamine Yamal y Koundé primero o Raphinha después, dieron más brío al Barça, al que salvó Marc-André Ter Stegen de la igualada llegándose al minuto 80 y casi sin darse cuenta acabó pidiendo la hora.
En cuatro días, el PSG, y en ocho días, el Real Madrid. Después de ganar en París y enlazando su sexta jornada de Liga sin encajar y décima sin conocer la derrota, habiendo sumado 26 de 30 puntos, el Barça sigue en estado de gracia. Quizá tarde, probablemente, para pensar en revalidar el título, pero en estado de optimismo indiscutible.