Estadísticamente hablando, es improbable que te caigan dos rayos; sin embargo, es impensable que seas presa de 7. ¿Parece imposible? Lo es, pero un hombre desafió todo pronóstico y, lo más increíble, es que sobrevivió para contarlo y HOY conocerás la verdadera historia de Roy Sullivan, quien fue inmortalizado en el Libro Guinness de los Récords.
En un plazo que supera los 30 años, es decir entre 1942 y 1977, Sullivan, un extrabajador de los parques nacionales de Shenandoah y George Washington, recibió 7 impactos de rayos directos que dejaron terribles cicatrices en su cuerpo.
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Una estadística imposible
El hombre nacido en 1912 en Virginia quiso servir en la Segunda Guerra Mundial, pero fue rechazado por una lesión producto de un accidente laboral, por lo que optó por ser guardaparques en el Shenandoah, cerca a una base Rangers donde, entre otras cosas, ayuda a los turistas y patrullar carreteras.
Sin embargo, su vida cambió en 1942 cuando fue impactado por un rayo mientras patrullaba, dejando quemadura en las piernas; pero un año después, trabajando en el parque nacional George Washington fue alcanzado por segunda ocasión quemándole las piernas, el pie izquierdo y una ceja.
La tercera vez que recibió un rayo sucedió en 1969, trabajando en un puesto de observación de incendios con un saldo de heridas leves en el estómago y pecho.
Un año después, en 1970, tuvo su cuarto impacto mientras iba en un camión, pero sin daños de consideración. En 1972, estaba fuera de su oficina, cuando fue alcanzado por un rayo que golpeó su hombro derecho dejando una quemadura de mediana consideración.
Un año después, el sexto impacto fue directo al cuerpo y este le dejó rezagos en el pecho, la pierna y el tobillo. El último fue en 1977, Roy estaba pescando en un río cerca a Shenandoah quedando herido en la parte superior del cuerpo, pero logró levantarse y conducir su auto hasta el hospital donde le salvaron la vida.
“Simplemente, sentí una sacudida terrible en mi cabeza y una luz brillante en los ojos. Pensé que era el fin de mi vida (...) nunca he sido un amante de la fama. Solo quiero seguir haciendo mi trabajo y ser alguien a quien todo el mundo pueda mirar y decir ‘este tipo estaba realmente haciendo algo’”, declaró Roy Sullivan en su momento a la prensa que cubrió su caso.
Una vida marcada por la tragedia
Sin embargo, la vida de Roy parece ser de esas en las que uno siente que Dios te odia, porque no solo sufrió los impactos de rayos, también en su día a día la pasó fatal.
En 1967, su esposa perdió la vida en un accidente automovilístico que lo dejó severamente afectado; pero en 1972 se casó con otra mujer en una iglesia de Front Royal (Virginia), pero el matrimonio no resultó como esperaba.
Su final no fue menos trágico, ya que Roy Sullivan perdió la vida durante setiembre de 1983 (a los 71 años), se disparó en la cabeza producto de la profunda depresión en la que se sumergió y de la cual no pudo salir.