El viernes 22 de febrero de 1974 se produjo en Rosario Central el debut de un cordobés de 19 años que no sólo se convertiría en su ídolo y goleador: Mario Alberto Kempes, de él se trata, además se constituiría en el héroe de la conquista argentina del Mundial 78 y en una de los delanteros de mayor suceso en el Valencia de España.
Nacido en Bell Ville, Córdoba, el 15 de julio de 1954, se inició en Talleres de su ciudad natal y cuando tenía 17 años de incorporó a Instituto Atlético Central Córdoba, donde destacó más temprano que tarde tras el pago de 3 millones de pesos.
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En Instituto tuvo una tarea relevante en la liga local (donde marcó 78 goles en 81 partidos) y asimismo en el Torneo Nacional de 1973, donde alistó en la célebre delantera integrada por José Luis Saldaño, Osvaldo César Ardiles, Mario Alberto Kempes, Alberto Mario Beltrán y José Luis Ceballos.
En ese mismo 73 señaló cuatro goles para la Selección Argentina en el Torneo Juvenil de Cannes y además fue parte de la legendaria Selección “Fantasma” que dirigida por Juan Miguel Ignomiriello se presentó en La Paz y venció por 1-0 con un gol del sanjuanino Oscar Fornari en partido válido para las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial de Alemania 1974.
Apodado “Superpibe”, Rosario Central abonó 130 millones de pesos y debió de esperar varias fechas para que Carlos Timoteo Griguol lo incluyera en el equipo de Primera. En ese lapso, el puesto de wing izquierdo fue ocupado por Daniel Vicente Aricó y Roberto Carril, y aunque la edición de La Capital de ese viernes 22 de febrero daba la formación previa con la duda entre Carril o Kempes, finalmente el Guaso debutó versus Gimnasia y Esgrima La Plata, en Arroyito, por la cuarta fecha del Torneo Metropolitano.
El partido terminó 1-1, contó con la curiosidad de que para el Lobo de La Plata marcó su último gol el extraordinario puntero derecho Raúl Emilio Bernao.
El canalla salió con: Carlos Biasutto; Jorge González, José Aurelio Pascuttini, Daniel Killer y Juan Ramón Burgos; Carlos Aimar, Eduardo Solari y Aldo Poy (hizo el gol local); Ramón Bóveda, Roberto Cecilio Cabral y Mario Kempes.
Quien tiempo después sería, sin más, el Matador, en ese Metropolitano hizo cuatro goles (a Atlanta, Huracán, Vélez y River), pero rayó a gran altura en el Torneo Nacional y se convirtió en el máximo anotador con 25 goles triplete versus Estudiantes de La Plata y All Boys y cuatro a Puerto Comercial de Bahía Blanca), que añadidos a los cuatro del Metropolitano y los tres en la Copa Libertadores, uno a Colo-Colo y dos a Unión Español: un total de 32 en la temporada.
Kempes permaneció en el equipo canalla hasta 1976, lapso de números de Guinness: goleador del Torneo Metropolitano 75 con 25 goles y asimismo goleador del Metropolitano 76, con 21.
Hacia la mitad del 76, Valencia de España pagó 300.000 dólares por su pase y dejó en Central una indeleble marca de 94 goles y hasta hoy ocupa el tercer lugar del escalafón, detrás de Marco Ruben y Waldino Aguirre y por delante de Edgardo Bauza, Miguel Antonio Juárez, Juan Antonio Pizzi y Rubén Bravo.
En el club Che el cordobés jugó cinco temporadas en las que acumuló 149 goles, se constituyó en ídolo de la afición y se dio el gusto de ser dos veces pichichi de la Liga de España: en 1976/77 con 24 goles en 1977/78 con 28.
El Matador integró el plantel campeón de River en 1981 y en su extensa trayectoria vistió las camisetas de Hércules, tres clubes de Austria (First Vienna 1894, St. Pölten y Kremser), Fernández Vial del ascenso de Chile y Pelita Jaya de Indonesia en 1996, a los 42 años.
Como es harto sabido, las horas más gloriosas de Kempes se remontan a la Selección Argentina, donde señaló 20 goles en 40 cotejos, pero de esa veintena media docena sellaron la suerte de la Argentina campeona del mundo de 1978: dos a Polonia, dos a Perú y dos a Holanda.
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