En el vertiginoso mundo del fútbol, donde cada detalle cuenta y la presión es palpable, los momentos previos a un partido crucial pueden convertirse en una montaña rusa de emociones. Sin embargo, pocos podrían haber anticipado la sorprendente serie de eventos que rodearon a Heung-min Son antes de la semifinal de la Copa de Asia contra Jordania (derrota por 2-0). La tensión se desató en la concentración de la selección de Corea del Sur cuando una disputa aparentemente trivial transformó el ambiente. ¿La causa? Una partida de ping pong. Sí, así como lo leen.
Lo que comenzó como una actividad recreativa inocente pronto se convirtió en el epicentro de una controversia que sacudió los cimientos del equipo ante de las semifinales de la Copa Asia. Según informes del diario The Sun y la agencia de noticias asiática Yonhap, Heung-min Son, el crack del Tottenham, se vio envuelto en una confrontación con algunos de sus compañeros.