¿Por qué es un error comparar la posible llegada de Guerrero a Alianza con el fichaje de Cueva?

Vayamos por partes. No es posible colocar en el mismo saco el fichaje de Cueva con el posible arribo de Guerrero a Alianza Lima por tres razones. La primera de ellas radica en el contexto; es decir, en el presente de cada uno antes de consumar su llegada a Matute. Como se sabe, Cueva tenía 31 años cuando el club solicitó su préstamo a Al Fateh. El volante tenía poca actividad, estaba fuera de su físico ideal y mostraba un bajón en su nivel futbolístico que ya era notorio en los partidos. No era indispensable en su club y tampoco tenía propuestas en el exterior; sin embargo, por su edad, la comodidad y la vitrina que ofrecía jugar la Copa Libertadores, la oferta del cuadro blanquiazul era la ideal para él. Lastimosamente, ‘Aladino’ nunca pudo encontrar su mejor versión y salió por la puerta falsa.

A diferencia de Cueva, el presente de Guerrero es lo opuesto. El delantero de 40 años viene de ser campeón de la Copa Sudamericana y de la LigaPro de Ecuador con Liga de Quito, jugando casi todos los partidos de titular y siendo determinante con ocho goles para que su equipo logre el doblete el año pasado. De ser el caso, Alianza Lima estará fichando a un jugador en buenas condiciones físicas, con una performance reciente admirable y con ritmo de competencia internacional. No es complicado notar que los casos de Cueva y Guerrero son distintos. Más allá de la edad, sumar al ‘Depredador’ no es una apuesta, sino una certeza o una garantía de gol para los compromisos a disputar este 2024.

La segunda razón está en el profesionalismo de cada uno: Cueva no es Guerrero. Las acciones de uno son distintas a las del otro. Durante su estancia en Alianza Lima, ‘Aladino’ demostró ser un jugador poco comprometido, imprudente y hasta indisciplinado. En cambio, al ‘Depredador’ se le conoce por mantener una carrera alejada de los escándalos, concentrada únicamente en jugar al fútbol y en conseguir los objetivos deportivos de la institución a la cual pertenece. Ese detalle hace una gran diferencia entre uno y otro, y es determinante a la hora de realizar una comparación. No entran en el mismo saco a pesar de que son jugadores mayores, experimentados y con pasado en clubes importantes.

Y, por último, la tercera razón es la jerarquía. Mientras que Cueva llegó a los 31 años en la plenitud de su carrera, con la madurez que otorga haber jugado en distintas ligas del mundo y con un Mundial disputado sobre la espalda, no se asoma a la trascendencia que posee Guerrero con todo lo que eso significa. Lo que ofrece el ‘Depredador’ está en otro nivel: transmite, contagia, guía y suma. Es verdad que está en la etapa final de su trayectoria, pero mantiene esa esencia competitiva que lo hace un ganador. Y, precisamente, es esa jerarquía la que Alianza Lima necesita para encarar los desafíos del 2024. Jugar la Copa Libertadores exige un plus en el rendimiento y recuperar el título nacional de la Liga 1 es casi una obligación. Paolo está al alcance por primera vez en mucho tiempo, ya dependerá de cómo avancen las negociaciones.

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