El Estadio Olímpico Universitario cumple hoy 71 años de haberse inaugurado y es un recinto que ha albergado competencias de talla mundial, como dos Campeonatos Mundiales de futbol y unos Juegos Olímpicos, pero también ha tenido sombra en su historia tras la tragedia del túnel 29 en el año 1985.
Este inmueble, donde los Pumas de la UNAM han disputado 13 partidos de final de la liga nacional, no fue tomado en cuenta para la edición de la Copa del Mundo de México 1970, pero ya para México 1986 fue sede de cuatro partidos y dos de ellos con Argentina que fue la selección campeona.
En ese recinto se realizó la inauguración de los Juegos Olímpicos de México 1968 y las instalaciones durante esa justa olímpica vivió grandes acontecimientos y hazañas deportivas, como el hecho de que la mexicana Enriqueta Basilio fue la primera mujer en llevar la antorcha olímpica y encender el pebetero.
Entre las hazañas se encuentra la que realizó el atleta estadunidense Bob Beamon, que con su salto de longitud de 8.90, estableció un récord mundial que duró veintitrés años superarlo, pero que aún se mantiene vigente como récord olímpico, lo que lo convierte en la plusmarca más añeja de los juegos. En los 100 metros planos, se superó por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos, la barrera de menos de 10 segundos, imponiendo el estadunidense Jim Hines la nueva marca con 9.95. En tanto el americano Dick Fosbury, campeón olímpico de salto de altura, obtuvo el cetro al innovar completamente su deporte creando un nuevo estilo de salto que sustituyó el tradicional salto de tijera por el hoy mayormente usado salto de espalda.
Los estadunidenses Tommie Smith y John Carlos, oro y bronce en los 200 metros planos, alzaron el puño enfundado en un guante negro y bajaron la cabeza cuando sonó el himno de su país, gesto conocido como saludo del Black Power, y que fue su protesta por la tensión racial que se vivía en Estados Unidos.
Sin embargo, el Estadio Olímpico no todo ha sido fiesta en este inmueble universitario, ya que el 26 de mayo de 1985 se dio una tragedia en el partido entre Pumas y América, y la razón fue el sobrecupo en el recinto. Aquella tarde ingresó un aproximado de 90 mil personas al Estadio Olímpico Universitario, cuando el límite de fanáticos alcanzaba los 73 mil.
El problema se dio en el túnel 29 del estadio donde se concentró gran parte del evidente sobrecupo y cientos de personas intentaron ingresar por todas las vías posibles, y los encargados de seguridad decidieron cerrar el acceso sin saber que aún había gente tratando de ingresar a empujones, por lo que 100 personas quedaron atrapadas y donde ocho aficionados perdieron la vida y 70 heridos.
Así, el Estadio Olímpico Universitario continúa siendo la casa de los Pumas de la UNAM, pero ya con una pista que ha perdido la certificación de la World Atheltics y ya no puede realizar eventos internacionales de atletismo.
ZZM