Los Samus prometieron despedirse de la afición del Málaga en una rueda de prensa en La Rosaleda y así lo hicieron, leyendo una carta de despedida en el corazón del estadio en cuyo césped se han convertido en dos de las grandes revelaciones de la Liga. Marcelino y su Villarreal les reclutan para un proyecto de mayores miras. Pero un pedazo bastante grande del corazón de ambos se queda en el verde de La Rosaleda. Malagueños y malaguistas, los Samus, que se han criado desde niños en el club, han dicho adiós muy emocionados. En un mar de lágrimas, en el caso de Samu Castillejo, que rompió a llorar en cuanto pronunció la primera palabra.
Carta de despedida de Samu García:
“En primer lugar, os agradezco vuestra presencia hoy aquí. La verdad es que en estos últimos años me han pasado muchas cosas que siempre soñé, pero si hay algo que no había imaginado nunca es verme hoy aquí sentado para despedirme del Málaga. Yo no me voy, me venden. Lo digo sin ningún tipo de reproche al club. La situación económica es la que es y mi salida, como la de otros compañeros, garantiza la salud del Málaga. No tengo problema en irme, hasta donaría sangre si fuese necesario, si con ello el club de nuestra ciudad se beneficia.
No voy a negar que, dentro del sentimiento de tristeza por mi salida, me marcho ilusionado con mi nuevo destino. He tenido la suerte de poder recalar en el Villarreal, del que sólo me han hablado cosas buenas y en el que espero seguir creciendo como jugador.
Quiero agradecer a los empleados del club su profesionalidad; a los utilleros, su complicidad; al cuerpo medico, sus cuidados; a la prensa, su respeto y, en especial, a los aficionados, su cariño. Puede sonar a tópico, pero es la realidad. Sin vuestra pasión y apoyo nada sería posible.
Tampoco quiero cerrar este capítulo de agradecimientos sin nombrar a Schuster, Celestini y Javi Gracia junto a su cuerpo técnico. El primero, junto con Fabio, vio en un niño rebelde un futbolista y tuvo la valentía de confiar en él. Y el segundo no ha sido menos importante, supo darme la tranquilidad y la confianza necesarias para crecer.
Como sabéis no marcho solo, me acompaña en mi aventura Patri, con la que quiero compartir el resto de mis días, y mis perros Lebron y Gaucho, al que prometo no ponerle una camiseta que no sea la del Málaga.
No pretendo dar lecciones a nadie, entiendo que la afición esté un poco dolida con la salida de algunos compañeros, pero yo hoy he dado orden de renovar mi carné de socio porque el club está por encima de todos. El sentimiento y la afición de Malaga están vivos y así hay que demostrarlo, como siempre ha hecho.
Animo a todos los jugadores de La Academia a que no dejen de trabajar duro y soñar. Yo prometo volver, aunque sea para cortar el césped, limpiar las botas o una de tantas labores oscuras, y no por ellos menos importantes, que realizan grandes profesionales.
Se va el jugador, se queda el malaguista. Gracias a todos y viva el Malaga".
Carta de despedida de Samu Castillejo:
“Quiero darle las gracias por todo a Antonio Benítez y también a mis padres. Me enorgullece haber formado parte de esta gran familia. Como he dicho en otras ocasiones, siempre estará en mi corazón. Ser de Málaga y jugar en Primera con el equipo de mi ciudad era mi sueño desde pequeño y yo lo hice realidad. En esta casa alcancé el sueño de jugar en Primera División. Y lo he disfrutado muchísimo, me he formado y crecido al lado de todos aquellos que forman parte de esta gran familia. El míster, el principal responsable de todo lo que me está pasando, equipo técnico, compañeros, amigos, periodistas y toda la gente que ha confiado en mí desde el primer día que llegué aquí. Desde el primer día me hicisteis sentir como uno más, habéis confiado en mí y yo siempre he intentado corresponder dando lo mejor de mí para hacer del Málaga un club mejor.
Tampoco puedo olvidarme de uno de los mejores tesoros que tiene este equipo, su afición, aquella que hace del Málaga un club especial. Gracias siempre por vuestro apoyo incondicional, sois grandes y llevaré vuestro cariño siempre en mi corazón. Mi sueño era debutar en La Rosaleda, desde pequeñito. Me apuntaba siempre para ser recogepelotas y estar cerca de los jugadores. Estar junto a ellos me ilusionaba y me motivaba para seguir luchando.
Ahora toca emprender una nueva etapa en otro club. Me hace mucha ilusión, me voy de la mejor manera que me podría ir, orgulloso y contento por haber vivido tantas cosas bonitas y sabiendo que he dado lo mejor de mí con la camiseta blanquiazul. Para mí es una nueva etapa profesional y personal, un desafío. Quiero trabajar y seguir demostrando mi pasión por este deporte. Deseo de todo corazón que el Málaga siga cosechando grandes éxitos. Estoy convencido de que algún día nuestros caminos se volverán a unir.
Me gustaría acabar mi intervención con más palabras de gratitud, porque es lo que siento. Gracias a todos de corazón”.