"Me llamo Pau, como Pau Gasol”. Es la presentación habitual en Estados Unidos de ese “regalo americano” (el padre de la frase es Ramón Cid, director técnico de la Española) cuando se dirige a alguien que no acaba de entender su nombre. “Digo Pau y ponen una cara así, pero luego, con lo de Gasol, ya lo entienden”, sonríe este decatleta de 23 años, de 1º,93 metros de estatura, hijo de norteamericano (su apellido es Tonnesen) y de española de Tortosa (su segundo apellido es Ricard), que este sábado debutará con la Selección en la Copa de Europa de Decatlón, que se disputa en Polonia.
Tiene una marca personal de 8.247 puntos, la undécima mejor del mundo este año y la tercera española de la historia, tras Benet y Peñalver. Mínima para los Mundiales de Pekín (22 a 30 de agosto) y para los Juegos de Río 2016.
Hasta hace unas pocas semanas, nadie sabía quién era Pau (a diferencia de lo que sucede con Gasol), pero su madre, Pilar, se puso en contacto con la Federación: “Mi hijo es bueno en decatlón y a pesar de que tiene la doble nacionalidad quiere competir con España, no con Estados Unidos”. De hecho, renunció a competir en los Trials norteamericanos de Eugene, en los que tenía posibilidades de ganar plaza para Pekín.
Y a partir de ahí se pudieron en marcha todos los mecanismos. “Un regalo”, como dice Ramón Cid, porque el mejor español del momento es Javier Ureña, que suma 7.941 puntos. Una buena diferencia. Ha competido en tres combinadas del decatlón en esta temporada, todas ellas universitarias, con una progresión excelente.
“Comencé a hacer atletismo en la high school, con saltos y vallas. Luego estuve en el Mesa Community College y en la Universidad de Arizona, y ahí me recomendaron que hiciese decatlón. Se entrena con Sheldon Blackburger. “Me gusta el decatlón”, dice Pau en correctísimo castellano, aunque con ligero acento estadounidense. Estudia Económicas. Reconoce que “hasta hace muy poco no sabía nada deporte español, salvo de Pau Gasol, claro”. Y es que su familia no siente apego por el deporte: “Nada de nada, ni por el béisbol, ni por el fútbol americano... Nada”. Sus padres, sin embargo, se han convertido en sus mayores fans y estarán este fin de semana en Polonia.
Aclara que ellos le llamaron Pau porque querían que tuviese un nombre español, pero dejaron la puerta abierta: “Si no te gusta, lo podrás cambiar por Paul”, le dijeron. “Pero no lo he hecho, porque sí me gusta”, dice.
Tampoco sabía quién era Antonio Peñalver, el español que ganó la plata en los Juegos de Barcelona, muy poco antes de que naciese Pau. “Ahora sí sé de él”, confiesa.
Y el sábado, Copa de Europa. Es bueno en saltos (tiene 5,30 en pértiga y 2,15 en altura) y debe progresar en velocidad y algún lanzamiento). “Me hace mucha ilusión competir con España y espero hacerlo lo mejor posible. Era un sueño”.
El equipo, además de por Pau, está compuesto por Jonay Jordán, Javier Pérez y Vicente Guardiola. No compite Jorge Ureña, porque estará a partir del día 9 en el Europeo Sub-23.
En estos días previos a la Copa de Europa le ha dirigido en Tenerife Miguel Ángel Millán, el hombre que llevó a cumbre a Antonio Peñalver, con aquella medalla de plata inolvidable. “Pau tiene mucha calidad y mucha capacidad de progresión, porque no está muy musculado, y aprende muy rápido”, dice el técnico. Entre el 10 y el 24 de este mes Pau volverá a Tenerife, para seguir entrenándose en un ambiente español. Le acompañará su madre.