La frustración por la eliminación del torneo anterior, en las semifinales a manos de Chivas y en el mismo estadio Azteca, llevaron a la directiva del Américaa ofrecer disculpas, enésimo comunicado en el mismo tono. Y ya se sabe en los despachos de Coapa que la mejor manera de ilusionar a su gente es con fichajes, confeccionar un plantel poderoso que pueda ser visto como amenaza para todos los rivales.
Las Águilas iniciaron el mercado de fichajes a cartera abierta, si el Tano Ortiz se la pasó pidiendo un lateral derecho el curso pasado, se negoció con Pachuca el fichaje de Kevin Álvarez, un jugador de mucha proyección, seleccionado mexicano y campeón del futbol mexicano. Golpe de efecto y un cromo de jerarquía para el nuevo entrenador.
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Después llegó Julián Quiñones, un delantero poderoso, con experiencia probada y capaz de hacer candidato a un equipo al título de liga, porque el aún atacante colombiano es una amenaza fuerte, su arribo a Coapa fortalecía a la ofensiva azulcrema y la colocaba como una de las más poderosas sino es la que más.
Hasta ahí todo bien, se mantuvo la estructura y se ajustaron piezas fundamentales, todo iba por buen camino, aunque ya había los cuestionamientos por la llegada de Jardine, se manosearon nombres, crecieron las especulaciones sobre entrenadores de alto perfil, y el aficionado no acabó convencido de la elección.
Pero lo que más ha hecho estallar al aficionado ha sido la llegada de Igor Lichnovsky, porque ya se sabía que la defensa americanista clamaba por la llegada de un futbolista de jerarquía, uno que reviviera la llama de hombres que forjaron la historia, no hace mucho Bruno Valdez y el mismo Emanuel Aguilera (pese a las críticas) levantaron títulos.
De nuevo muchos nombres en el tintero, de Europa sonaron César Montes y hasta Sergio Ramos, luego que buscarían en otras ligas, brasileños y de todo tipo sonaron. Luego el foco cambió a Sudamérica, nombres de brasileños y argentinos, información (en realidad mucha especulación) de negociaciones avanzadas, pero nada, no llegaba nada. Se pasó a una etapa contra reloj, como en otros tantos mercados.
Y al final, en el cierre de mercado, se ficha a un central que tiene cuatro meses sin jugar y que fue descartado por Tigres, la llegada de Igor Lichnovsky ha sido cuestionada por el seguidor americanista, que siente que otra vez le han tomado el pelo. De las bombas con las que se arrancó el mercado de fichajes se cerró con una compra de pánico y casi casi haciendo un favor a otro equipo.
El América versión Apertura 2023 está cerrado, son los que están y la exigencia no cambia: se debe dar un paso más que en el pasado reciente; es decir, el cuadro de Coapa tiene que estar en la final. Por ahora, el proyecto de André Jardine avanza a paso lento, el equipo busca una idea y los refuerzos ilusionan a medias.
MGC