El presidente interino brasileño Michel Temer dijo que la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro podría ser embarazosa si asisten él y la suspendida presidenta a quien reemplazó.
Tanto Temer como Dilma Rousseff han sido invitados por el comité organizador de las Olimpiadas a que asistan al acontecimiento en el Estadio Maracaná.
A Rousseff se le abrió un juicio político y fue suspendida en mayo por presunta violación a leyes fiscales. Un juicio en el Senado decidirá su destino.
En una entrevista realizada el martes por la noche en el canal GloboNews, Temer dijo que sería mejor si el juicio a Rousseff terminara antes de los Juegos Olímpicos, a realizarse del 5 al 21 de agosto.
Eso, sin embargo, es improbable. El pronóstico más optimista de los senadores es que tendrían una votación final a mediados de agosto, por lo que bien podría realizarse después de los juegos.