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Al 2 de julio, Roberto Siucho sigue sin debutar con Universitario. Ya sea por lesiones o por decisión técnica, el mediocampista sigue sin jugar un solo minuto con el cuadro crema. Eso sí, en la victoria sobre Gimnasia por la Copa Sudamericana, Siucho fue expulsado por participar de manera activa y directa en una violenta trifulca que se generó al final del partido.
¿Para qué llegó Siucho a Universitario?
Por más dura que parezca, la pregunta es válida colocarla sobre la mesa. Siucho, que no juega desde el 17 de diciembre del 2021, últimamente ha sido noticia fuera de la cancha que dentro de ella. Y eso, sumado al largo tiempo de inactividad que arrastra, pasa factura sea en la ‘U’ o en cualquier otro equipo. El problema es que Siucho no fue un pedido de Fossati, sino una decisión de la administración crema por sumar a un jugador más en el plantel. ¿La excusa? Ampliar las variantes dentro del equipo y darle al comando técnico la facilidad para tener de dónde escoger, sobre todo cuando se juega Liga 1 y la Sudamericana al mismo tiempo.
Bajo esa premisa, se creó el escenario perfecto para contratar a Siucho, quien el año pasado sí recibió el visto bueno del hoy olvidado Carlos Compagnucci, actual entrenador de Alianza Atlético. Pero su nacionalidad tardó en salir en ese entonces y la oportunidad de ficharlo bajo la venia del argentino se esfumó por los plazos correspondientes. Recién en marzo obtuvo su DNI y ahora así terminó firmando por la ‘U’, a pesar de que el anterior DT ya no estaba en el cargo y de que Fossati nunca lo pidió. ¿Por qué insistir, entonces, con un fichaje que no estuvo planificado? La respuesta, si acaso fue la correcta, se justificó en ampliar el plantel para competir en ambos torneos; pero la realidad dijo otra cosa: Siucho nunca jugó y no pudo convencer a Fossati.
Que quede claro. Nadie cuestiona las cualidades de Siucho dentro del campo. Es un volante polifuncional que puede jugar como extremo, de interior e incluso de atacante; sin embargo, su actualidad está lejos de lo que mostró en su primera etapa con Universitario y necesita quitarse esa mochila en el menor tiempo posible. Además, está el hecho de que Fossati es un técnico que varía poco y repite hasta el cansancio sus oncenas en cada partido. El uruguayo ya tiene un equipo y sus variantes formados. Sabes cómo y a quiénes utilizar. Es difícil entrar allí. Y con esa barrera en frente, a Siucho le queda únicamente cambiar de aires. Su cesión a otro club responde a la urgencia de tener continuidad y, de paso, le sirve a la administración para recuperar su inversión. Un futbolista que no juega no es rentable y en la ‘U’ urge que sus futbolistas sean rentables, ya sea desde lo económico o lo deportivo. No hay otra explicación.
Pero Universitario dio un paso en falso en esa jugada, porque le quedó corta la posibilidad de reforzarse de cara al Torneo Clausura. Por reglamento de la Liga 1, a los clubes solo se les permite registrar un plantel de 27 jugadores y la ‘U’ armó uno de 26 con la inclusión de Siucho. Solo tenía espacio para sumar un futbolista más, que finalmente fue Edison Flores. Y Siucho, por más que sea prestado, no liberará un cupo para que los cremas puedan fichar. Las bases lo prohíben y eso complica al club. Entonces, ¿cómo explicarle al hincha que fue un acierto su contratación?
Sea como fuere, los errores son parte del camino a recorrer y en Universitario lo saben mejor que nadie. Los cremas están en la obligación de ganar el título nacional a fin de año para evitar un decenio de fracasos. Pero el sendero no es sencillo, ya que otros equipos como Alianza Lima y Sporting Cristal también animan el torneo y tienen opciones de campeonar. Si hay presión por ganar este 2023, ¿qué se puede esperar en el Centenario del próximo año? Errores como lo que sucedió con Siucho ya no tendrán justificación.
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