Mr. Psycko, el luchador que dejó el cuadrilátero por el stand up

Conoce la historia de Mr. Psycko, el standupero que dejó la lucha libre para ser comendiante tras una lesión en la rodillla

La lucha libre es uno de los deportes más ingratos, pues el pancracio suele llevar a los gladiadores al cielo, pero súbitamente hundirlos en el infierno.

A lo largo de la historia, muchos estetas se han convertido en la sensación en las arenas del país, causando algarabía entre los fanáticos, que buscan adquirir sus máscaras, autógrafos o fotografías con los superhéroes de carne y hueso, pero una lesión o el tiempo los han marginado de los cuadriláteros sumergiéndolos en el olvido y sobreviviendo del recuerdo.

Mr. Psycko fue uno de esos gladiadores que marcó una época en el ámbito independiente, pues realizó un concepto luchístico global, mezclando tres estilos de lucha libre diferentes: japonés, americano y mexicano, llevándolo a conquistar decenas de títulos como: “campeón welter del Estado de México por más de un año y medio, el campeón que más veces ha defendido el título. Campeón universal de la Arena Solidaridad, campeón 24/7 Vanguardia, campeón de tercias de la Arena Budokan, así como la máscara de Mazinger”, pero una lesión lo alejó de los encordados.

Mr. Psycko, de la lucha libre a ser standupero

Licenciado y cómico

Fernando Martín del Campo o Mr. Psycko no quedó desamparado como la mayoría de luchadores, pues él estudió la licenciatura en Administración de Empresas, la cual lo llevó a mantener su estilo de vida y posteriormente convertirse en cómico de stand up.

“En 2019 me lesioné en una empresa que se llama IAW. Era una lucha para sacar al retador por el campeonato, y en un movimiento mi rodilla se fue para atrás y se me rompe el tendón patelar superior, esto ocasiona que los doctores me digan que no puedo luchar. Me reconstruyeron el tendón junto con el músculo, estuve dos meses en cama y me aseguraron que ya no caminaría bien. Por fortuna soy licenciado en Administración de Empresas y actor, así que tenía con qué solventar mis gastos.

“Dejé la lucha libre por las realidades que veo. La lucha libre no está en un buen lugar, es bonita, mágica, maravillosa y hermosa, pero los luchadores no tenemos Seguro Social, no hay ambulancias en las arenas, te exigen una licencia y no hay beneficios de nada. Hay muchos luchadores que quieren guardar el secreto, pero no se puede, nos pagan 250 pesos por una lucha, una torta y un refresco o cien pesos, esa es la realidad que se vive en la lucha libre. Hay muchos que sí pueden vivir de la lucha libre porque son famosos, pero no todos viven esta suerte, al darme cuenta me alejo de la lucha”, señaló el ahora standupero, quien reveló cómo incursionó al mundo de la comedia.

“Meses antes de la lesión empecé hacer comedia de stand up y de ahí ha sido un lindo camino. Como actor estuve en series como: “Todo por Lucy”, de Prime Video, “Las Bravas”, de HBO Max, en la película “Chupa”, de Netflix, también he hecho musicales como “Frozen”.

“No es difícil hacer comedia, solo debes trabajar todo, tengo una frase que usaba cuando era luchador: ‘Siempre gano, incluso cuando pierdo’. En la comedia, actuación, doblaje o cualquier profesión debes tomarlo en serio, ser comediante es escribir chistes, conectar con la gente. Los chistes pueden ser de lo que eres, lo que piensas y lo que crees. Fue un cambio raro, de ser luchador a comediante”.

Por otro lado, el standupero indicó que gracias a su carrera como actor nació el nombre de Mr. Psycko.

“Inicié como Soul Star en 2007, era un nombre difícil. Tiempo después me proponen unos amigos cambiar de nombre y sale Psycko y gracias a la actuación aprendí a crear personajes en libreto y le hice una historia donde el personaje iba a crecer junto conmigo y hace siete años cambié a Mr. Psycko, antes fue Psycko Kid y espero que en unos años cambie a Don Psycko y Old Man Psycko”.

Herramienta de defensa

Fernando recordó que inició en el mundo de la lucha libre para defenderse a la salida de su escuela.

“Mi papá me ponía VHS’s de lucha libre, de la WWE y le agarré mucho gusto. Pasó el tiempo y el tío de uno de mis vecinos era luchador, y nos llevaba a la arena. En la secundaria, por querer aprender a defenderme, empecé a entrenar muchas cosas, entrené box, taekwondo -soy cinta negra- y lucha libre con el profesor Justiciero en Coacalco, y resulté bueno. A mis 15 años iba de lunes a viernes hasta que un día faltó un luchador en una arena y me dijeron: ‘oye, sabemos que estás entrenando, cómo te sientes para subir’, me prestaron unas rodilleras y me subí como el Chico del Barrio y de ahí en adelante, el profesor Justiciero, quien daba las licencias, me dijo que me hiciera mi equipo, un buen nombre porque debutaría la siguiente semana. Mi primer nombre de luchador fue Soul Star. Empecé en la lucha libre para defenderme, no era bullying, era… ‘nos vemos en la salida y nos damos’”.