Mientras la primavera ha convertido la capital de Rusia en un jardín floreciente, con sus numerosos parques, bosques y alamedas que deleitan los paseos matutinos o nocturnos, echando al olvido que la ciudad estaba hasta hace poco sumergida entre la nieve por espacio de medio año; la última fecha de la Premier liga fútbol de Rusia, desde las 17 -hora local del sábado 3 de junio- mantuvo el interés de los fanáticos del deporte rey con la intriga de qué equipos serían los ganadores de las preseas de plata y bronce, a saber: los capitalinos CSK Moscú , FC Spartak, y el provinciano FC Rostov, que de la mano del actual entrenador de la selección nacional de Rusia Valery Karpin, se convirtió en uno de los grandes animadores de la presente temporada.
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Al llegar al estadio del popular equipo de ‘los caballos’ VEB Arena, se acercaron a mis algunas personas desconocidas, pero con la cara sonriente. ¿El motivo? -los recuerdos que ellos aún guardan de aquel periodista peruano protagonista de un original episodio mundialista en 2018.
Fiel al dicho popular ‘respetos guardan respetos’, luego de un fuerte apretón de mano con ellos y las fotos para el recuerdo; me dirigí a la Sala de prensa del estadio, allá, donde precisamente empezó la historia de uno de los episodios que está incluido en la película FIFA sobre el Mundial Rusia 2018, con la participación de un humilde hijo peruano.
Abriendo mi cofre de recuerdos, creo menester contarles que la conferencia de prensa postpartido de control (el entrenador de Rusia Stanislv Cherchésov usaba esa palabra, en lugar de ‘partidos amistosos’) Rusia-Turquía, era mi debut como corresponsal de LÍBERO en Rusia, lo que, a pesar de mi ya acumulada experiencia periodística en ‘La voz de Rusia’ (hoy en día SPUTNIK), me colmaban el alma agradables emociones y espectativas.
Recuerdo que tuve algunos inconvenientes camino al estadio, y llegué con unos minutos de tardanza. El secretario de prensa de la selección de Rusia de entonces Ígor Ígoriev me permitió a duras penas entrar en la sala donde -para mi sorpresa, había un ambiente de vocerío desagradable y de falta de respeto por parte de los periodistas rusos hacia Stanislav Cherchésov y al capitán de la selección, el golkíper ruso que se convirtió en los cuartos de final en el principal héroe al atajar un penal nada menos que a España, enviando a casa a uno de los favoritos de la cita mundialista, con mucha pena y sin nada de gloria. Alcé la mano 2 veces para intervenir, pero, no en vano reza la sabiduría popular ‘quien la sigue la consigue’, y, a la tercera me concedieron la voz, una voz que iba totalmente en contra de los sapos, culebras y ladrillos que tiraban los colegas rusos, con la venia callada de los hombres de prensa internacional. En qué desembocó mi inesperada, para ellos intervención, lo conoce el mundo entero. Bien lo dice el refrán: ‘¡recordar es volver a vivir!’
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Volvamos ahora al encuentro decisivo que enfrentó a dos pretendientes directos a la medalla de plata de la temporada que acaba de finalizar, TSESKA como dueño de casa y el sorpresivo equipo sureño Rostov. Ambos iban con sus mejores planteles, aunque el equipo capitalino era favorito, pues cuenta en sus filas con 5 jugadores sudamericanos de buena calidad: Víctor Méndez (CHile), Moizés y Eilliam Rosha (Brasil), Jesús Medina (Paraguay), y Jorge Carrascal (Argentina). Precisamente ellos, junto con los jóvenes futbolistas rusos como Chálov y Dibéyev; fueron las piezas principales de la notable performance de los pupilos del experimentado entrenador ruso Vladímir Fedótov.
EL primer tiempo resultó en un verdadero recital de los dueños de casa, quienes ya en los 33 primeros minutos de juego apabullaban a los visitantes por 4 a 0. Medina inició el huayco de goles a los 10 minutos, el joven bombardero ruso Fiódor Chálov amplió de penal la ventaja a los 16. Rosha puso el 3 a 0 con un soberbio cabezazo a los 25 y Chálov anotó su segundo gol de espectacular palomita, trayendo a la memoria al veterano, pero siempre vigente Amo y Señor goleador mundial Cristiano Ronaldo. Rostov, desmoralizado, ni se asomaba al área grande contrario. Karpin, daba idas y vueltas, pensando qué hacer con este baldazo de agua helada … Así se fueron al descanso.
En el segundo tiempo, mejoró el esquema de juego de Rostov, comenzaron a hilvanar sus ataques usando a su arquero, que salía hasta cerca de la redonda del medio campo, para crear superioridad. El riesgo dio sus frutos, y Yevgeniy Chernov anotó el gol de honor en el minuto.
Apenas sonó el pitido final, las graderías que nuevamente no fueron colmadas por las protestas contra el FID, dieron rienda suelta a su algarabía. Los jugadores agradecieron recorriendo el campo de juego, haciendo venias a sus fanáticos.
Corresponsal desde Rusia, Lorenzo de Chosica