James DeGale logró retener su campeonato de peso súper medio de la Federación Internacional de Boxeo ante el mexicano Rogelio “Porky” Medina.
Aunque el mexicano no ganó el combate, ganó el favor del público y el respeto de quienes no lo conocían como boxeador. Subió como el boxeador en desventaja, pero inmediatamente después de que estrelló sus puños en el cuerpo de DeGale, el público notó que este hombre no iba a especular ante el campeón.
Aunque el primer round fue usado por ambos para establecer distancia. En cuanto sonó la campana del segundo round, Medina le lanzó todo lo que llevaba. Además hizo un movimiento de cintura impresionante, sumado además su capacidad de reacción a la hora de defenderse.
“Porky” inició por llevarlo contra las cuerdas para pegarle abajo, como le indicaban en su esquina. Pegándole abajo era como se podría haber perfilado su victoria. Y en los primeros rounds escuchó esa petición y la cumplió al pie.
Medina fue poderoso, asertivo, le conectó a placer todos los golpes que quiso a DeGale y principalmente impuso su estilo. Medina tuvo el fondo para seguir al campeón por todo el ring para poder conectarlo cada vez.
A la mitad de la pelea, parecía que comparando estrategias, el plan de pegada frontal parecía más efectivo que el plan evasivo de DeGale.
Pero a media pelea, DeGale cambió la estrategia (porque la de cambiar guardias no le funcionó de inicio) y empezó a brincotear por el ring para sacar de balance a Medina y así voltearle el combate.
James trató de acorralar a Medina para conectarle golpes y lo logró, tal vez en movilidad venció al mexicano, pero el golpeo del mexicano resultó más contundente por las marcas que dejó en el campeón.
Sin embargo, el colmillo de DeGale salió a relucir para decantar la victoria en su bolsillo, sin embargo, quien hizo la pelea fue el mexicano.
La decisión unánime fue para el campeón DeGale, que retuvo el cinto pero para nada convenció al público, mismo que lo abucheó. En cambio, le brindó ovaciones a Medina por su arrojo y desempeño.
Perdiendo, Medina ganó algo: respeto, admiración y oportunidad, porque seguro que no será la última vez que sea requerido en carteles de alto perfil y de campeonatos mundiales para lucir su gran estilo.