El pasado verano Christophe Galtier aterrizaba en un Paris Saint-Germain urgente de cambios. Tras múltiples reportes que colocaban a Zinedine Zidane como próximo entrenador del conjunto parisino, finalmente el ex DT del Niza fue el elegido por Nasser Al-Khelaïfi. Galtier no llegó solo, puesto que Luis Campos, quien ya le había acompañado en su etapa en el LOSC Lille, se convertía en el asesor deportivo del club de la capital francesa.
En su edición del día, L’Équipe hace balance de la metodología que aplican ambos hombres para darle un lavado de cara a los vigentes campeones de Francia. El dúo Campos-Galtier ha confirmado su voluntad de mejorar esta temporada la disciplina en el grupo parisino. Cinco meses después, Galtier muestra una forma de dominio. “Teníamos que volver a poner las piezas en los lugares correctos”, se dice internamente según detalla el diario francés.
Cuenta también el medio citado que cuando llegaron al club, Campos y Galtier se encontraron a un grupo carente de unidad, marcado por las tensiones entre francófonos y sudamericanos. El dúo directivo se esforzó por devolver la armonía, y han establecido un marco preciso. Galtier insistió en este aspecto disciplinario, y cultiva una forma de cercanía con sus jugadores. La escena de los “chalecos amarillos” de esta semana lo atestigua. Justificó en el vestuario la supresión del día libre por la necesidad de trabajar colectivamente.
L’Équipe señala que el método de Galtier ha caído de maravilla al cuadro parisino. ¿Su regla? No adaptarse a los estatus de los jugadores, aunque esto siga siendo teórico porque las preferencias otorgadas a algunas estrellas no han cambiado y no pasan desapercibidas. La comunicación directa va bien. Galtier tiene la habilidad suficiente para no llegar a un conflicto frontal. El DT francés sabe adaptar ciertas reglas. Esta gestión de la disciplina ha permitido recuperar cierta armonía en el vestuario.