Los Cowboys se aseguraron los servicios de Dez Bryant durante una temporada más empleándole la etiqueta de franquicia antes de la pasada agencia libre. Con dicha etiqueta, Dallas contará con el receptor en 2015 a razón de 12,8 millones de dólares (la media de los cinco receptores mejores pagados de la liga). La maniobra le permitió a los Cowboys aplazar un año más las complicadas negociaciones con el receptor… o eso pensaban.
Bryant, que en 2014 atrapó 88 pases sumando 1.350 yardas y 16 touchdowns, sabe que podría ganar mucho más dinero de entablar una negociación formal. Y eso es precisamente lo que quiere. El receptor quiere aprovechar su momento de forma dulce para firmar un contrato multimillonario y, sobre todo, de larga duración con Dallas. Su gran obstáculo es que, como jugador con etiqueta de franquicia, sólo tiene hasta el 15 de julio. Si para entonces no ha firmado nada, sólo podría jugar en 2015 por los 12,8 millones… o directamente abstenerse de jugar.
El partido que Bryant ha amenazado con saltarse es el inaugural, el partido de Sunday Night de la primera jornada. Los Cowboys recibirán a los Giants (el 13 de septiembre, a las 02:30 horas de España) y seguro que no querrán que la atención mediática se centre en la posible huelga de su receptor.
La franquicia ya se enfrentó a algo similar en 1993, con el corredor del Salón de Fama Emmitt Smith. Aquel año, Smith se saltó los dos primeros partidos de la temporada… que terminaron en derrotas de los ‘Boys’. Dallas cedió ante la presión del corredor, le ofreció un nuevo contrato y, tras empezar 0-2 la temporada, terminó ganando la Super Bowl.