A pesar de que el Ministerio de Salud ha advertido que su práctica aumenta en un 700% el índice de contaminación del aire, además de encontrarse multado en una suma que puede superar los mil soles, la quema de muñecos por Año Nuevo es una de las más antiguas tradiciones en nuestro país.
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Es casi un rito infaltable para recibir un nuevo año en diferentes familias no solo en el Perú, sino también en distintos países de Latinoamérica como Colombia o Ecuador. ¿Pero a qué se debe esta curiosa tradición? Aunque su popularidad desborda nuestra región, sus raíces se originan en occidente.
Un llamado a la prosperidad
La concepción de la vida como una línea de tiempo nace en Europa, explican especialistas para The New York Times. El inicio y fin del año no eran ritos celebrados por las antiguas culturas andinas, pero debido a esta nueva cosmovisión traída por los europeos es que nace una especie de "fusión".
La quema como símbolo de regeneración sí es una tradición legendaria para nuestros ancestros, por lo cual fue durante el fin de la época colonial, en el siglo XIX, cuando se da inicio a este rito. Enmascarados y vestidos de blanco, las personas prendían en llamas a muñecos de trapo de ancianos borrachos.
Ningún detalle era casual. Todo era un rito a la prosperidad. El atuendo claro era para representar a las viudas, y los personajes quemados simbolizaban a personas que no dejan herencia; es decir, así podrían quedarse con los bienes que dejarían los muertos. Una fiesta de escape y burla que continuaría.
A la fecha, esta curiosa costumbre sigue más que vigente. Con una variedad de personajes, uno de los productos con mayor demanda para el Año Nuevo es el tradicional muñeco. Para dejar atrás el pasado y empezar otra vez, un rito que heredamos accidentalmente de los europeos.
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