La Selección de Brasil sigue dando cátedra de fútbol en Qatar 2022 desde lo que fue su debut ante Serbia, en el estadio Lusail. Aquella vez, el héroe no fue la superestrella Neymar ni los ‘jóvenes maravilla’ Vinicius Junior o Rodrygo, ambos del Real Madrid, sino Richarlison, el atacante del Tottenham inglés. El oriundo de Espírito Santo, anotó los dos goles de la victoria ante los balcánicos, uno de ellos una tijera espectacular, hasta el momento el mejor del mundial. Como casi todos los cracks brasileños, tiene una historia de sufrimiento. Y este lunes, ante Corea del Sur por octavos de final, siguió demostrando su magia.
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El delantero tuvo una infancia muy dura, llena de privaciones, pobreza, hambre y mucho trabajo. Según él mismo ha contado, vendió helados en las favelas y trabajó en el campo antes de convertirse en un futbolista de élite.