Cuando Diego se unió al PSA World Tour en el 2013, nadie imaginaba lo grande que podía llegar a ser. Pero aquel muchacho de 16 años no era un simple novato. Era un gran soñador y un auténtico guerrero.
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Él mismo se encargó de tejer logros que ningún otro peruano pudo alcanzar antes en este deporte y, a pulso, se convirtió en lo que es hoy, uno de los mejores en todo el planeta.
El pasado fin de semana, Diego Elías gestó una de las hazañas más valiosas de su carrera, al conquistar el US Open, el torneo de squash más importante en Estados Unidos y uno de los más prestigiosos del PSA Tour. El peruano hizo historia al llegar a la gran final del torneo, donde se midió con nada menos que el egipcio Ali Farag, que hasta ese día era el número dos del mundo (hoy es el 1°).
Con toda la motivación encima, el squashista nacional inició el partido óptimamente, colocándose arriba de su rival en el marcador en el arranque. Sin embargo, el egipcio sufrió una lesión en la rodilla y el encuentro tuvo que finalizar en solo dos minutos. Aunque no de la forma en la que hubiese querido, el peruano se coronó campeón y sumó su título número 12 de PSA en su vitrina. Y el júbilo se sigue extendiendo.
“Lo único que le cabe a los peruanos es sentirnos muy orgullosos de Diego, porque lo que ha hecho equivale a ganar un US Open, Roland Garros, o Wimbledon en tenis. Este es posiblemente el torneo más importante del mundo del squash”, destaca Ricardo Montoya, columnista de este Diario y uno de los periodistas que más siguen la carrera internacional de la raqueta nacional.
Gracias a este éxito, Diego Elías pudo escalar una posición en el ránking mundial (3°) con 14.205 puntos, la mejor de su carrera. Pero aún el ‘Puma’ -como le llaman en el circuito- no llega a su techo. Tras su consagración en el US Open, ahora se vienen más desafíos igual de importantes para él.
¿Qué sigue?
“Diego ha mejorado su nivel y está intratable. Realmente siento que está en su mejor nivel que nunca”, asegura Ricardo Montoya. Y nada más cierto de la realidad. El peruano ha alcanzado el punto de ebullición de su carrera y seguramente continuará con los éxitos.
Pero hay que tener en cuenta que Diego Elías aún no logra el propósito más grande que se ha propuesto a sus 25 años. A estas alturas, el peruano busca ser el mejor del mundo en su disciplina y no cabe ninguna duda de que luchará incansablemente para conseguirlo.
“Mi meta sigue siendo tratar de llegar a ser el número uno y creo que estoy en buen camino”, expresó el squashista nacional en una entrevista con este Diario.
El ‘Puma’ ya solo está a dos pasos de lograrlo. Delante suyo, solo tiene a Paul Coll y Ali Farag en el segundo y primer lugar del ránking respectivamente. Será cuestión de tiempo para que pueda superarlos, pues al menos en cuestión de nivel ya está a la par de ambos, incluso mejor, para algunos especialistas.
“Para ser el número uno del mundo, necesita que se alineen los astros un poquito. Yo creo que él en juego ya es mejor que Coll (2°) y que Farag (1°), o al menos está parejísimo con ellos”, opina Ricardo Montoya.
Pero ese no es el único rival que debe tener Diego en la mira. Al menos a Mohamed ElShorbagy (4°) ya pudo superarlo, pero es Mostafa Asal (5°) quien luce como el principal escollo del peruano -actualmente y en el futuro- para alcanzar sus mayores objetivos.
Con 21 años, Asal es una de las ‘joyas’ más brillantes del mundo en el squash. Su talento es simplemente excepcional. Lo curioso es que el egipcio ya enfrentó cinco veces al peruano y siempre ganó (100%). Es el único rival que Diego todavía no ha podido vencer, pero seguramente esto cambiará más pronto que tarde, cuando se vuelvan a encontrar.
“Diego está llamado a ser el número del mundo ya, porque es cuatro años menor que Coll y Farag. Este año o el próximo los va a pasar. Pero el rival de Diego en el futuro es Mostafa Asal, que hay que ver cómo crece. Me gustaría verlo contra él ahora, en su mejor momento”, destaca Montoya.
Diego, además de ser el número uno, también quiere consagrarse campeón mundial en un futuro cercano. Por lo pronto, él ahora se encuentra en Zurich (Suiza) compitiendo en la Grasshopper Cup 2022, con la meta de alzar un nuevo título.
Luego, antes de finalizar el presente año, el peruano tiene programado cinco torneos más en el calendario, en los que buscará sumar la mayor cantidad de puntos posibles para seguir escalando en el ránking. Quizá para entonces ya estará celebrando su soñado número uno; quizás aún no y en el 2023 deberá seguir peleando. Sea como fuere, su nombre ya está inscrito en las páginas más gloriosas del deporte nacional.
“Si Diego logra convertirse en el número 1 del mundo, creo que estaríamos hablando de uno de los 10 mejores deportistas peruanos de la historia. Es tener un fenómeno en un deporte, lo que no es muy usual en el Perú”, sentencia Montoya.