En una abrumadora exhibición de plasticidad y potencia, Julissa Diez Canseco ensaya una patada voladora sobre el tatami del Centro de Alto Rendimiento de la Videna de San Luis. Con ese mismo golpe de autoridad, esta peleadora peruana derrumbó en el Preolímpico de México toda la presión que sintió durante más de cuatro años. Julissa consiguió su boleto a Río 2016 después de cinco años de preparación en España. Sin esa mochila pesada sobre la espalda, Diez Canseco ahora convive feliz con el sueño del oro olímpico. Ha subido todos los escalones que se le presentaron en este difícil camino de alta competencia. Solo le falta uno, el del podio en tierras brasileñas.
—¿Por qué te mudaste a Mallorca?
En el CAR (Centro de Alto Rendimiento) de Barcelona trabaja el equipo español con todos sus entrenadores. Allí conocí a mi actual entrenador que se llama Juan Antonio Ramos, él fue parte de ese equipo. Y me contó que iba a abrir su club en Palma de Mallorca y que allí iba a trabajar con deportistas de diferentes países con la meta de llegar a los Juegos Olímpicos. Me dijo que me había visto competir muchas veces sin entrenador, que me veía muy sola y que le interesaba apoyarme. Entusiasmada con la idea tuve que venir a Lima para conversar con los dirigentes aquí y poder aceptar la oferta. Por eso me mudé a Mallorca. Sabía que necesitaba a alguien como él en mi silla.
—Antes de mudarte te graduaste en la universidad además…
Sí por fin pude graduarme de bióloga. Un tiempo le dediqué mucho al tema del estudio porque me parecía superimportante llevarlo a la par. Pero ahora mi mente y mi cuerpo están metidos de lleno en el taekwondo al cien por ciento.
—¿Fue decisivo irte a Mallorca?
He evolucionado en cada cambio que he dado. Primero aquí en el Perú, después en Barcelona cuando obtuve el segundo puesto en los Panamericanos y ahora en Mallorca donde logré meterme entre las ocho primeras del ránking mundial. Este último viaje fue decisivo para clasificar a Río. Mi entrenador se ha involucrado mucho con mi carrera y ha sido clave en mis últimas peleas, además su esposa fue subcampeona olímpica en Londres en mi categoría.
—¿Pensaste que quedabas fuera de Río después de los Panamericanos y después de tu lesión?
Lo de los Panamericanos fue un tropezón muy grande. Yo apuntaba a la medalla de oro y perdí en primera ronda. No entendí qué había pasado, había entrenado mucho, tenía al mejor entrenador y cuando perdí no sabía qué hacer. En ese momento, no te voy a mentir, pensé en retirarme, en dejarlo todo. Pero mi entrenador habló conmigo, me dijo que me calmara y que me tomara una pausa. Pasó un tiempo y otra vez vinieron las ganas y volví a entrenar. Y cuando estaba más fuerte mentalmente viene la lesión, a solo un mes del Sudamericano en Lima, tenía mucha ilusión de venir y competir. Me fracturé el codo en una caída. No podía creerlo, me dije “por qué esto tiene que ser tan difícil”. Cuando me dijeron que iba a estar recuperada recién en enero me preocupé porque tenía temor de no llegar al cien por ciento al clasificatorio. Allí también fue importante mi entrenador, él me dijo que me preocupara por recuperar bien el brazo y que él se encargaba del taekwondo. En ese momento decidí apoyarme mucho en mi familia, en mis amigos más cercanos. Quería solo mensajes positivos para darme fuerza. Con toda esa buena vibra llegué al Preolímpico. Llegué supermentalizada en hacerlo todo bien, en hacerlo todo perfecto.
—¿Cuál es la próxima meta ahora?
Voy por el oro a Río, siento que puedo pelear el podio. Quiero darle una medalla con uno en España para abril y voy a tener unas concentraciones en Asia y otra en Europa. La idea es que sea en Corea o China Taipéi e Inglaterra. Pero la competencia previa más importante son los Panamericanos absolutos en junio, eso ayudará a medir mejor lo que podrá pasar en Río.
—La idea es llegar con el mejor ránking posible…
Sí y todos estos torneos sirven para el ránking y sumar puntos. Eso sí sirve sobre todo para el sembrado, para buscar un mejor fixture en los Juegos Olímpicos. Aunque me da igual, podría enfrentarme a cualquiera. Me da ilusión enfrentarme a la mejor, ya me he enfrentado mucho a las top cinco y a veces he ganado, a veces he perdido. Todo es muy parejo en el taekwondo.
—¿En qué puesto del ránking estás?
Estaba en el puesto 14 del ránking mundial, ahora falta que se defina bien el ránking olímpico donde entran 16 peleadoras. Creo que podría llegar a Río estando entre las diez mejores del ránking, por eso no está muy lejos pensar en subir al podio.
—La última chance de medalla del Perú también fue con el taekwondo, con Peter López.
Sí, y ahora Peter lastimosamente se quedó muy cerca de clasificar. Qué pena que no pudo llegar esta vez. Ahora me toca a mí asumir ese relevo con mucha responsabilidad.
—¿Qué viene después de Río para Julissa Diez Canseco?
Por ahora solo pienso en Río. Pero Lima es sede de los próximos Juegos Panamericanos 2019 y eso me entusiasma porque es la fiesta deportiva del continente y porque es en casa. Quizá sea ideal retirarme en casa o pensar en unos Juegos Olímpicos más en el 2020. Sin embargo aún no lo decido. Tengo 26 años y también quiero disfrutar un poco más como persona. He estado metida al cien por ciento en el taekwondo y también me gustaría trabajar en mi carrera. Veremos si aguanto cuatro años más a este ritmo. También todo depende del apoyo que reciba, porque si voy a seguir en este deporte quiero continuar con Ramos como entrenador y eso requiere una inversión. Si lo tengo que decidir ahora, continuaría; pero no he tomado una decisión.