Ciro Eduardo tiene sólo 7 años, pero cuando trae los guantes puestos, se transforma, no importa si es la sala de su casa, el gimansio o un ring.
El niño argentino que ha sorprendido a las redes por sus grandes habilidades y coordinación está dispuesto a seguir esta aventura hasta donde lo lleve.
Ciro conoce más de boxeadores que caricaturas actuales, él prefiere estar viendo videos en Youtube de Vasyl Lomanchenko, Gervonta Davis Canelo Alvarez o Hassim Hammed o cualquiera de sus peleadores favoritos a estar viendo “monitos”. Sin importar que tan raro sea el apellido del boxeador, no falla en su pronunciación. Los conoce de la A a la Z.
“Este fue un amor a primera vista, que no tengo idea de donde salió. La verdad ni su papá ni, ni yo somos cercanos al deporte. No es que tengamos familiares dedicados a esto, tampoco lo veíamos seguido... pero ahora tenemos que estar actualizando constantemente para seguirle el paso”, explicó a La Afición Soledad, la madre del “Buho”.
Apasionado como como pocos por este deporte, Ciro comenzó a entrenar en casa luego de ver algunos videos de las peleas del ex campeón Marcos Chino Maidana, su padre Emanuel tuvo que ponerse los guantes y entrenarlo hasta que el niño lo superó.
“Me encanta tirar golpes, practico todo los días (de lunes a sábado). Cuando estoy ahí (en el ring) solo sé que quiero ganar. Nadie me da chance, ni siquiera cuando andamos tirando guantes “, reveló Ciro, quien entrena de 6:00 pm a veces hasta 9 pm.
El Búho actualmente tiene 500 mil seguidores en Instagram y cada uno de sus videos tiene gran respuesta, debido a esas habilidades para quitarse golpes, moverse y conectar, pero originalmente su IG no fue creado para eso, la familia que vive en California pudiera verlo.
En Argentina los chicos amateur pueden comenzar a competir a partir de los 14 años por lo que Ciro asegura que permanecerá al pie del cañón pues su objetivo está en convertirse en campeón mundial.
“Al principio me sorprendió, porque él ahora nos enseña a nosotros. Cuando él tenía 4 años, sin hablar de corrido, me decía que quería estar en el ring, parado en las cuerdas... noto el disfrute que él tiene. Ahí dentro se transforma, deja de ser el bebé que yo tengo a ser un boxeador que se mete en el cuerpo de un nene, un boxeador en un cuerpo chiquito”, finalizó su madre, Soledad.
MGC