Steve Kerr no es solo uno de los entrenadores más importantes que ha visto la NBA en los últimos años –después de todo, tiene un papel relevante en la actual generación de los Warriors de Golden State– sino que también es uno de los hombres más comprometidos con sus ideales y que ve su posición como la oportunidad de generar un mensaje entre los demás.
Y como prueba de ello, el contundente discurso que el entrenador de los Warriors dijo en mayo, de cara al Juego 4 de la Final de la Conferencia Oeste ante los Mavericks de Dallas, cuando se lamentó por el asesinato de 19 alumnos y dos maestros en un tiroteo escolar en Texas.
“En los últimos 10 días hemos tenido ancianos negros asesinados en un supermercado de Búfalo, a feligreses asiáticos asesinados en el sur de California y ahora tenemos niños asesinados en una escuela… ¿Cuándo vamos a hacer algo? Estoy muy cansado de ofrecer condolencias a familias devastadas. Disculpen, lo siento. Estoy cansado de los minutos de silencio. Basta”.
En aquella ocasión, también mandó un mensaje contundente para los senadores republicanos que se oponían a una ley para reforzar el control de antecedentes a la hora de comprar armas. En un país como Estados Unidos, en el que hay 1.2 armas por persona, la cifra es alarmante.
“Hay 50 senadores que rechazan votar la HR8. Y hay una razón: para mantener su poder… El 90 por ciento de los estadunidenses, más allá de su partido político, quieren antecedentes a la hora de comprar armas, pero 50 políticos en Washington nos mantienen de rehenes. Es patético, es suficiente”, gritó el entrenador, además de dejar en claro su postura contra las armas.
Y sabe bien de lo que habla.
En 1982, su padre, Malcolm Kerr, estudiante de Princeton, aceptó ser presidente de la Universidad Americana en Beirut, la capital del Líbano. Era conocido por su deseo por promover la tolerancia entre estudiantes, sin importar las ideas y creencias que tuvieran. Siempre mostró un respeto considerable por otras culturas, incluso fue profesor de Historia Árabe y se interesó por el Medio Oriente.
Los abuelos de Steve Kerr también habían sido profesores en esa misma universidad. El actual entrenador de Golden State incluso nació en Beirut y pasó parte de su infancia en El Cairo y París antes de vivir en Estados Unidos en 1965. Pero su padre se quedó en Beirut.
Malcolm Kerr estuvo en el puesto por 17 meses, hasta que el 18 de enero de 1984, fue asesinado de dos tiros en la cabeza. Los responsables fueron dos miembros de Hezbolá, una organización musulmana chií libanesa que recibía entrenamiento y organización por parte de un contingente de la Guardia Revolucionaria de Irán. Todo se debió a que dos miembros de este grupo radical se infiltraron en la institución educativa –fingieron ser estudiantes– y mientras Malcolm estaba en el ascensor, le dispararon dos veces en la nuca.
“En el campus recibí una llamada de un amigo de la familia en el medio de la noche. Y cuando un teléfono suena a las tres de la mañana no es para algo bueno. Me dijo que tenía una terrible noticia. Y bueno….”, contó Steve Kerr en el noveno capítulo de la serie The Last Dance. El solo recordar aquel momento le generó mucho sentimiento y no pudo continuar.
El asesinato de su padre se dio poco después de que Steve consiguiera una beca universitaria para Arizona y fue elegido en el Draft de 1988 por los Suns de Phoenix, con la selección 50. Solo estuvo en dicho equipo un año y, tras algunos años con los Cavaliers de Cleveland y el Magic de Orlando, llegó a los Bulls de Chicago, con quienes ganó los títulos de 1996, 1997 y 1998 junto con Michael Jordan. No conforme con eso, también fue campeón con los Spurs de San Antonio (1999 y 2003). Como entrenador, ha ganado cuatro anillos con los Warriors (2015, 2017, 2018 y 2022).
OMCS