La Selección cerró el Eurobasket con otra victoria, un triunfo de carácter que le vale una medalla: este bronce que, además, redondea el medallero español. Desde aquel oro de Peruga que estrenó el palmarés de la Selección en 1993, han caído otras nueve medallas, y todas ellas en los últimos 14 años. España ha crecido a pasos agigantados. Más aún con Lucas Mondelo al mando. De los 60 partidos de esta nueva era con el catalán al frente, la Selección ha ganado 55. El último a Bielorrusia, a la que, una vez más, se le atragantó España (58-74). Van 10 de 11. Pero sobre todo este bronce es un premio a un equipo que perdió a su Pau Gasol días antes (las Atlanta Dream no dejaron ir a Sancho Lyttle), pero que ha firmado un campeonato casi perfecto (9 de 10) y donde todas las jugadoras han dado el paso al frente que pedía el Rey Midas de este deporte. En esta ocasión, Francia evitó que lo que tocara Mondelo se convirtiera en oro, pero este bronce también se cuenta en quilates.
Y todo cuando Bielorrusia golpeó primero. Leuchanka es una de las mejores pívots de Europa y la reina del doble-doble en este campeonato. Al descanso, sus números auguraban su séptimo en este Eurobasket: 7 tantos y 7 rebotes. Terminó con 13 y 15. Con sus puntos en la pintura y los triples de Ziuzkova —dos en el primer asalto—, Bielorrusia se marchaba siete arriba: 16-9 (min. 5). España no tenía fortuna de cara al aro —5 de 18 (27,8%)— y tampoco en el rebote: 8 a 17 en los primeros diez minutos. Menos mal que apareció Marta Xargay (siete tantos en cinco minutos) para poner a España por delante: 26-24. El porcentaje mejoró (ya superaba el 40% al descanso; 15 de 35) y Alba se desquitaba de ese triple fallado ante Francia que podría haber valido una final. Frente a Bielorrusia sí le entraron (dos al descanso, 3 de 5 al final). España por fin se sentía cómoda. Con un puntito más en defensa, recuperó su seña de identidad: a robar balones y a correr. Una delicia.
Torrens, muy marcada en los dos últimos partidos, por fin pudo respirar aliviada. La mallorquina, especialista en esos aros pasados marca de la casa, acabó con 25 puntos y su presencia en el quinteto del campeonato está casi asegurada. Pero en esta final de consolación, Alba tampoco estaba sola. Marta Xargay era casi imparable. Sólo las faltas (cometió la tercera en el segundo cuarto) la frenaban. Acabó con 19 puntos (7 de 8 en tiros de campo) y cierra el Eurobasket sin haber fallado un tiro libre (18 de 18). Y todo justo antes de comenzar su sueño WNBA.
Pero España tiene muchos más motivos para sonreír: Anna Cruz ha estado inmensa y fue la salvadora en esos cuartos que le dieron a España el billete para el Preolímpico; Laura Nicholls ha sido un seguro en los dos lados de la pista; y su tocaya Gil ha crecido, sobre todo en defensa, en este campeonato sin Lyttle. Buenas noticias que auguran un futuro aún más prometedor para un equipo joven (sólo tres de las doce superan la treintena). Ahí están Astou Ndour y Leticia Romero, con 20 años, para demostrarlo con su descaro y ambición. La próxima asignatura de España será el Preolímpico del próximo año y Mondelo ya echó el año pasado su órdago tras ganar la plata mundial. “Si vamos a los Juegos, iremos a por medalla”. Es el único escalón que aún se le resiste a este equipo pero, ¿será por mucho tiempo?