Carlos Henrique Raposo, más conocido como ‘Kaiser’ o ‘Forrest Gump’, es considerado por muchas personas como el mayor estafador del fútbol. El exjugador brasileño militó en los principales equipos de Brasil, así como en otros clubes de América Latina y Europa, pero nunca terminó de jugar un solo partido oficial. Su nula capacidad deportiva fue matizada por su talento para actuar y engañar a los directivos, compañeros de equipo e hinchadas de las escuadras en las que militó.
El brasileño, actualmente tiene 59 años y lleva varios años retirado del fútbol. A lo largo de su singular carrera deportiva formó parte del plantel del Fluminese, Vasco Da Gama, Botafogo, Flamengo, el GFCO Ajaccio de Francia, el Pueblo FC de México, entre otros. ¿Pero cómo pudo firmar por todos estos equipos sin ser reconocido como un farsante? A continuación, te lo contamos.
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¿Quién es Carlos Enrique Poso, el exjugador considerado el mayor estafador del fútbol?
Carlos Henrique Poso creció en la ciudad de Río de Janeiro. Fue criado por una familia adoptiva y, a temprana edad, ingresó a jugar en las divisiones menores de Botafogo. Sin embargo, cuando tenía 15 años fue retirado del club por presuntamente haber insultado al presidente de dicho club.
Tras esto, jugó por un tiempo en los juveniles del Flamengo. Fue así que a la edad de 23 años, el ‘Kaiser’ había logrado establecer contacto con diferentes personalidades del mundo del fútbol local.
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En 1986, conoció al futbolista Mauricio De Oliveira Anastácio, que en aquella época era una estrella del Botafogo. Algo que caracterizaba a Henrique Poso era su carisma y su facilidad para hacer amigos. Su talento con la palabra le ayudó a entablar amistad con Oliveira, por lo que le pidió ayuda para que firme por el Botafogo.
Carlos 'Kaiser' se retiró del fútbol a los 38 años de edad. Foto: Sportskeeda
Primer contrato como futbolista profesional
Anastácio aceptó apoyarlo y armaron un perfil futbolístico que sorprenda a los directivos de la escuadra brasileña. Debido a que ‘Kaiser’ no tenía una trayectoria atractiva, decidió mentir. Aseguró haber jugado en el club Independiente e incluso adjuntó una fotografía. No obstante, en la imagen aparecía otro futbolista, cuyo nombre es Carlos Enrique, conocido como ‘El Loco’.
En aquellos años, no había la tecnología necesaria ni redes sociales para comprobar la veracidad de esta afirmación, por lo que el club le creyó y fichó. Así, Poso consiguió su primer contrato profesional.
Posteriormente, firmó por el Flamengo. Al igual que con Botafogo, Carlos ‘Kayser’ llegó a este cuadra gracias a sus contactos. Esta vez quien decidió ayudarle fue el jugador Renato Gaúcho. En los años siguientes empleó sus contactos para ingresar a otros clubes. Llegó a formar parte del plantel del Puebla de México y del Paso Patriots de Estados Unidos.
En 1989 llegó al Bangu Atlético Clube y al año siguiente se trasladó a Europa para vestir la camiseta del GFCO Ajaccio francés. Posteriormente, regresó a su natal Brasil y pasó por varios equipos locales, como el Fluminense, hasta su retiro a los 38 años. Tras alejarse de las canchas, señaló en reiteradas ocasiones haberse sentido “culpable” por no haber alcanzado las expectativas de la afición y de los directivos de los diferentes clubes.
Carlos 'Kaiser' Henrique Poso comenzó su carrera en Botafogo. Foto: composición LR/Carlos Henrique/archivo personal
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¿Cómo logró engañar Carlos ‘Kaiser’ Henrique Poso a los equipos en los que militó?
Desde sus primeros años en el Botafogo, lo que hacía Carlos ‘Kaiser’ Henrique Poso para evitar ser descubierto era fingir que estaba lesionado. A los pocos minutos de iniciar un entrenamiento, se solía tocar el muslo o la pantorrilla y pedía ser atendido por algún médico o enfermero. Así, se libraba de entrenar durante 20 días o más. En aquella época aún no se utilizaba las resonancias magnéticas, por lo que nadie descubría su mentira.
‘Kaiser’ también tenía un amigo dentista que le ayudaba a obtener certificados médicos falsos. Además, para evitar que alguien sospechase de él, lo que hacía era firmar contratos que durasen poco tiempo. Esto le ayudaba a no ser descubierto.
En otras ocasiones, le solicitaba a sus compañeros que le peguen fuerte para que termine lesionado o adolorido. Entre sus estrategias también estaba la expulsión. Por ejemplo, en 1989, en un partido del Bagu, se le pidió que calentase para ingresar al encuentro. Ante esto, decidió empezar una discusión con los espectadores a fin de recibir la tarjeta roja e irse a los camerinos.
Una de sus estrategias más particulares para ganarse a la afición la realizó en Francia. En un partido, se hizo el lesionado y decidió continuar jugando, pese a estar aparentemente desgarrado, por varios minutos para que los hinchas considerasen que tenía amor por la camiseta. De esta manera, ‘Kaiser’ alcanzó forjar una carrera llena de lesiones ficticias y expulsiones que le permitieron terminar sus contratos deportivos por al menos 20 años.