Por Renzo Manyari, presidente del Comité Olímpico Peruano
El Comité Olímpico Peruano (COP) ha conseguido posicionarse como uno de los pilares del Sistema Deportivo Nacional. Fueron doce meses de ardua labor para consolidar su operatividad institucional; recibir el respaldo pleno de Panam Sports y del Comité Olímpico Internacional; y, alcanzar la confianza de las entidades deportivas del país.
En ese periodo, luego de un largo paréntesis por la pandemia Covid-19, los deportistas nacionales emergieron con inusitada fuerza en las competiciones del circuito olímpico y de las federaciones internacionales.
El resonante doble triunfo de la marchista Kimberly García en el Mundial de Atletismo de Oregón y el subcampeonato de la karateca Alexandra Grande en el Mundial de Birmingham traspasan las fronteras de sus disciplinas. Ellas entusiasman a sus pares, motivan a los dirigentes y alegran al país.
En esa línea, la lectura de los resultados en los Juegos Bolivarianos de Valledupar deja números en azul por el rendimiento homogéneo de los atletas y la eficiencia alcanzada en comparación con ediciones anteriores. Las medallas otorgan una medición del desempeño, pero no reflejan la efectividad colectiva e individual que consagró la delegación local.
Tenemos decenas de deportistas que están muy cerca de logros en sus carreras y de seguro que, en un futuro próximo, traerán las medallas que les fueron esquivas en Valledupar.
En el COP nos identificamos con ellos, con su trabajo entusiasta y el esfuerzo de sus procesos los cuales son igualmente reconocidos por la patria entera.