Iba ser el peor blooper de la historia. Durante un partido por la liga de Rumania, el arquero Lustin Popescu (CS Mioveni) se disponía a cobrar un saque de portería; pero el lío fue al ejecutar de forma rápida cerca a su valla porque el balón pegó en la parte trasera de su compañero Adrian Scarlatache y se metió en su pórtico. Para su buena suerte, el autogol fue anulado por el árbitro, luego que el esférico se encontraba en movimiento. De película.
El Barcelona domina el XI más valioso de El Clásico, pero el MVP es del Real Madrid