En el Club Tennis Las Terrazas de Miraflores, una mañana de agosto nos recibió Diego Elías -gratamente- junto a su padre José Manuel, después de haber protagonizado una temporada de ensueño en el PSA Tour. El squashista peruano, que hace unos nueve años iniciaba su aventura en el circuito ubicándose entre los últimos puestos del ránking, hoy por hoy es el número cuatro del mundo. Pero aún no ha llegado a su techo. El ‘Puma’ -como le llaman-, de 1.88 metros, aspira mucho más alto de lo que ya llegó y confía en que firmará una temporada más extraordinaria que la anterior. Ya lo está haciendo. La histórica conquista del US Open es solo el primer éxito de muchos que se vendrán en la temporada actual.
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— ¿Cómo así inició tu aventura en el squash?
En sí, yo comencé desde muy chico por mi papá, que ha sido campeón nacional durante muchos años. Desde que nací, él me llevaba las canchas y, apenas pude caminar o hacer algo, comencé a jugar. Entonces, desde los tres o cuatro años que llevo practicando squash.
— ¿Te ha limitado el hecho de practicar un deporte que no es tan popular en el Perú y que no cuenta con mucho apoyo a diferencia de otras disciplinas?
Al comienzo sí fue un poco difícil comenzar a viajar, comenzar a jugar en los torneos internacionales de menores. Viajaba con auspiciadores privados y por mi cuenta, pero después de tener algunos resultados sí hubo bastante apoyo. Me han apoyado muchísimo desde el IPD, desde la Federación, en los últimos años.
— El squash es un deporte poco popular en nuestro país. ¿Siempre tienes que explicar qué es el squash? ¿De alguna forma te fastidia?
Siento que al comienzo era un poco más difícil, o sea, siempre tenía que explicar qué era y cómo se jugaba. No me incomodaba, porque yo sé y entiendo que el deporte no era un deporte tan conocido y yo feliz de explicar y enseñar a la gente. Pero siento que ahora cada vez más gente sabe un poco más. Después de los Juegos Panamericanos que fueron aquí en Lima, la gente escuchó un poco más sobre el deporte y ya no es algo tan nuevo.
— ¿Por qué el Puma? ¿Cómo nació ese apodo?
En el squash, en los torneos internacionales, o sea, en la PSA, a todos los jugadores le ponen un apodo. Cada jugador tiene un apodo y la verdad que no sé de dónde salió ni nada, pero sí me gusta.
— ¿Has tenido alguna dificultad en tu camino exitoso?
Desde el comienzo cuando el squash no era tan conocido, cuando no había ningún deportista con tantos resultados, era difícil comenzar a viajar, comenzar a jugar torneos internacionales. Y después de eso, también tuve que dejar el colegio. Tuve que estudiar online para poder comenzar a viajar más y jugar más torneos. Mis últimos dos años de secundaria lo hice por clase virtuales. También el hecho de pasar mucho tiempo en otros países fuera, o sea, lejos de la familia, es un poco complicado.
— ¿Qué cosas has tenido que sacrificar para llegar a donde estás hoy? Un montón de cosas de chico, como dejar el colegio, dejar de ver a mis amigos tan seguido, perderme un montón de reuniones con amigos. Ese tipo de cosas. Ahora también, en los últimos años que he estado viviendo fuera del país, he dejado de ver a la familia bastante. Bueno, también tengo la suerte de que mis papás han podido viajar conmigo y acompañarme en torneos o visitarme en el torneo, pero dejar de ver al resto de mi familia es algo difícil.
— ¿Recuerdas cuál fue tu primera experiencia internacional? ¿Cómo te sentiste? ¿Cuánto ha cambiado desde entonces?
Era bien chico. Fue en sub11, tenía 10 años. Me acuerdo que fue muy emocionante. Viajé con mi papá y mi mamá a Ecuador y salí campeón del Sudamericano de menores. Es un recuerdo lindo que tengo de mi primer campeonato fuera. En ese momento el squash en el Perú era muy chiquito, no había ningún jugador de buen nivel, o sea, viajábamos solamente a los sudamericanos de menores e igual Perú casi nunca ganaba medallas de oro. Yo creo que ahí fue como el comienzo para que Perú gane a nivel sudamericano primero en juniors, después en los años siguientes también ganamos más medallas, no solamente conmigo, sino con chicos en otras categorías.
— ¿La medalla de oro en Lima 2019 que significó para ti y tu carrera?
Significó muchísimo. Era mi meta desde que comencé a tener resultados a nivel internacional. Cuando fui a Toronto y perdí en la final, mi meta era ganar la medalla de oro en Lima. Fueron cuatro años de preparación y llegué en mi mejor momento. Fue contra el mismo rival, Miguel Ángel Rodríguez, un colombiano que ha sido cuatro del mundo y ahora sigue estando entre los 15 mejores del mundo. Pude ganarle con mi gente.
— ¿Te llegaron a entregar el departamento de la Villa Panamericana? ¿Qué piensas hacer con él?
Sí, lo entregaron hace muy poco. La verdad que todavía no he pensado qué hacer con él. Lo entregaron cuando no estaba aquí, así que no sé mucho sobre eso. Mi papá sabe más.
— ¿Se podría decir que ese logro en Lima 2019 te impulsó para llegar al Top 5 mundial?
Cuando gané en el 2019, yo ya estaba creo que 7 u 8 del mundo; entonces tampoco estaba tan lejos de donde estoy ahora. Pero sí, de hecho era mi meta y aparte era como una responsabilidad que tenía, algo de lo que quería deshacerme ya. Cuando gané el oro fue como que me pude relajar un poco más. No es que no disfrutaba entrenar tanto, pero era como que estaba entrenando solamente para una meta que tenía y después de eso ya pude enfocarme más en poder tratar de llegar a ser el número uno, que es lo todavía sigo intentando.
— ¿Qué representa para ti ser el cuarto mejor squashista del mundo?
Es como un sueño hecho realidad. El squash es mi vida, es mi trabajo, es lo que me encanta hacer. Entonces, llegar a ser ahora el cuatro del mundo es increíble. La verdad que todavía no me lo creo, pero mi meta sigue siendo tratar de llegar a ser el número uno y creo que estoy en buen camino.
— Has ido escalando rápidamente. Hace unos años eras 251 y ahora ya estás cerca de la cima…
Sí, la verdad es que poco a poco he estado subiendo. No he tenido casi ninguna caída en el ranking. He tenido un par de lesiones que me han bajado algún par de puestos, pero siempre he estado en subida y siento que ahora estoy en la mejor edad del deporte y vienen unos buenos años para mí.
— ¿Te sientes incomprendido? ¿Sientes que aquí casi nadie se ha dado cuenta de tu 4to lugar en el mundo, que se te reconoce más afuera que dentro del país? ¿O cómo personalmente lo asimilas?
Yo soy alguien bien relajado y no me importan mucho varias cosas. Yo estoy haciendo mi vida, estoy haciendo lo que me encanta hacer y tratando de ser lo mejor que pueda, que es algo que hago para mí, para mi familia, para el Perú. En verdad, ahora yo me enfoco en mí mismo y ya después, en el futuro, ojalá que la gente se de cuenta de las cosas que estoy haciendo.
— Buscas ser el número 1. ¿Cómo piensas lograrlo?
Seguir entrenando fuerte, seguir siendo responsable, o ser hasta más responsable, más disciplinado. Siento que estoy en buen camino. En Squash se juegan casi 15 a 17 torneos al año. Ahorita estamos comenzando la pretemporada. En septiembre de este año,que comienza la nueva temporada hasta junio del siguiente año, siento que va a ser un buen año para mí y tengo muchas posibilidades de llegar a ser número uno.
— ¿Cómo trabajas lo mental en lo deportivo? ¿Te has venido abajo en algún momento?
Como cualquier deportista en cualquier deporte siempre hay altos y bajos. Por momentos sientes que las cosas no están funcionando. Yo trabajo con un psicólogo deportivo últimamente y siento que eso ayuda bastante en los momentos difíciles que tienes en tu carrera. Nunca he pensado en dejar de jugar, pero sí he tenido momentos muy difíciles. He tenido varias lesiones complicadas que, de repente, algunas personas dicen que no vas a ser el mismo después de la lesión y cosas así, pero siempre uno puede encontrar una forma así si confía en que todo va a estar bien.
— Justamente en la primera mitad del 2021 atravesaste una complicada lesión que te privó de varias competencias. ¿Cómo lidiaste con ese tiempo de angustia?
Yo tuve una lesión en la cadera a finales del 2020 y pasé como más de seis meses hasta julio del 2021. Yo fui a ver varios doctores en todas partes, en Estados Unidos, y casi todos me decían que tenía que operarme y que iba a tomar mucho tiempo. Ahí es donde uno piensa ‘pucha, de repente, no va a ser igual mi carrera o de repente no voy a poder jugar al nivel que estoy jugando ahora’. Yo creo que en esos momentos basta que confíes en una o dos personas. Así conocí a mi preparador físico en Florida, que ahí estoy hasta ahora. Me ayudó muchísimo con mi lesión, no me hice ninguna operación ni nada y ahora siento que estoy mejor que nunca físicamente. Y siempre con la ayuda de mi papá que estuvo ahí conmigo en esos momentos cuando casi nadie está contigo. Porque cuando uno no está jugando, está lesionado, no se escucha mucho de él, como que la gente se olvida de un poco de de ti. Mi papá estuvo ahí en todo momento y se lo agradezco muchísimo.
— Luego retornaste con más fuerza para llegar al Top5…
Sí, después que dejé de jugar casi siete u ocho meses, he tenido la mejor temporada de mi carrera. En el último año gané cuatro torneos, he llegado como a siete finales de torneos grandes. Como te decía, siento que después de haber trabajado en mi cuerpo esos meses, ahora estoy en mi mejor momento físicamente, casi sin dolores en mi cuerpo. Eso me ha ayudado muchísimo.
— Eres el primer peruano en jugar una final del PSA Tour, primer peruano en ganar un título de este circuito, primer peruano en el Top 5 del mundo.. ¿Qué se siente ser un precursor nacional en este deporte?
Me siento muy orgulloso y feliz de todo eso. Desde que comencé a jugar en esos Sudamericanos Junior de Sub 11, siento que cuando la gente se la cree y ve cómo sí se pueden ganar medallas de oro a nivel sudamericano, y ahora a nivel mundial, eso ayuda. Si le pones mucha dedicación y disciplina, sí se pueden lograr esas cosas.
— ¿Cuál es el título más significativo de tu carrera? ¿Por qué?
Siento que he tenido bastantes victorias bien importantes. Para mí, cuando he estado más feliz fue cuando gané la medalla de oro aquí en Lima o ahora último que gané un torneo que es de los cuatro más importantes del mundo en Qatar. Es muy diferente porque siento que de repente el de Qatar es algo mucho más importante para mi carrera y mucho más difícil de hacer, pero ahí estaba jugando solo. Fue muy emocionante y no me lo creía, pero aquí en Perú fue con toda mi familia, amigos, algo más especial para el país. Esas dos son las más importantes de mi carrera.
— Te has mantenido siempre al lado de tu padre. Le has confiado a él la tarea de entrenador más allá de que quizá, otros entrenadores hayan querido tomar su posición?
Siento que él sabe muchísimo del squash y nos llevamos bastante bien. Somos casi como amigos. Él sigue jugando squash a un nivel bastante alto y la verdad que confío mucho en él. Aparte, más que otro entrenador, siempre hemos tenido asesores que están ahí con nosotros, ex jugadores del Top 10 o exnúmero 1 del mundo, como Jonathon Power o Gaultier. Tenerlos a ellos al costado de nosotros también es algo que ayuda mucho. Cada vez que estoy con gente nueva como ellos, todos opinan que mi papá es uno de los mejores entrenadores y sabe mucho. Eso también me da mucha confianza.
— ¿Cuál es la anécdota más especial que hayas experimentado en este deporte?
Como te dije, mi papá todavía sigue jugando a buen nivel. Una anécdota bonita es cuando fui con él a jugar el Mundial de mayores de 45 años en el 2018. Él fue como jugador y yo lo acompañé para ayudarlo como entrenador casi. Siento que es una bonita anécdota el cómo cambiamos los papeles. Él era el jugador y yo era el entrenador.
— ¿Qué significa para ti que el squash no sea aún un deporte olímpico? ¿De alguna forma te frustra?
La verdad que no. Siempre ha sido así. Sí sería bonito que sea olímpico y poder jugar unas olimpiadas e ir por Perú, pero la verdad es que no conozco el squash de otra forma, así que por ahora yo ni me preocupo por eso y sigo. No pasa nada.
— Hay muchos deportes que aquí se ven más como un pasatiempo o ejercicio, como el frontón, y quizá eso también pasa con el squash. ¿Cómo se debería cambiar esa percepción?
Bueno, no es tan fácil dedicarte y ser profesional en eso, no solamente en squash o en frontón, sino en cualquier deporte. No creo que haya más de tres o cuatro personas que se dediquen full a su deporte. Es complicado tener esa dedicación y disciplina y las ganas de hacer un deporte que, de repente, si no te va bien o si no llegas a ser muy buen jugador, no vas a ganar tanta plata. Entonces quizás la gente prefiere hacer otras cosas, pero bueno, esa parte es difícil, también el convencer a tus papás de decirle que quieres dedicarte a ser squashista o tenista o cualquier cosa. Y si no la haces, perdiste tu tiempo, tu oportunidad de poder haber ido a la Universidad y ser algo diferente.
— En el Perú no hay canchas públicas para poder practicar squash, lo que imposibilita que crezca tu deporte. ¿Qué te genera eso?
Yo siento que ese es el problema más grande que hay aquí en el squash en Perú: la falta de canchas públicas. Porque, por ahora, solamente se puede jugar en clubes y eso es lo que hace que no crezca el squash, que no se pueda difundir más, no solamente en el Perú, sino en bastantes países de Sudamérica. Creo que solamente Colombia y Argentina tienen canchas públicas, entonces siento que ese es el mayor problema del squash en Sudamérica en general y eso hace que no hayan tantos jugadores y que no pueda crecer el deporte en estos países.
— Entonces, ¿qué se debe hacer para que el squash tenga mayor alcance en el Perú?
Sin que la gente tenga el acceso al squash es muy difícil difundir y hacer crecer el deporte, porque solamente puede jugar la gente que es socia de un club o que tiene acceso a las canchas, entonces es muy complicado. Ojalá que en el futuro se puedan hacer más canchas públicas y que la gente pueda pueda disfrutar de este deporte.
— ¿Tienes algún proyecto personal a futuro para intentar contrarrestar este tipo de problemas?
Todavía no está en mis planes, porque ojalá me queden muchos años de carrera. En el futuro sí es algo que he pensado, pero todavía no tengo nada definido.
— ¿Eres consciente de la gran responsabilidad que cargas sobre tus hombros, que ahora muchos niños practiquen este deporte inspirados en ti?
Sí, claro. Eso me parece algo increíble, algo lindo, que los chicos comiencen a practicar el squash por mí. Igual no solo acá, sino en otros países me parece algo bien chévere. Yo me acuerdo cuando yo era chico y veía a mis ídolos jugar y ahora es al revés y me parece bien bacán. Afuera, cuando viajas y ves cómo los niños te reconocen y quieren tomarse fotos contigo o jugar contigo, cosas así, es algo lindo.
— A propósito de ello, ¿qué se siente representar al país y llevar la bandera a lo más alto?
Es lindo cada vez que juego ya sea en los Bolivarianos, en los Odesur o en los Juegos Panamericanos. Siempre es algo muy lindo poder representar el Perú, también es algo diferente para mí, porque viajas con un equipo, o sea, porque se juega individual, dobles y por equipos en los Juegos. Estar con los demás jugadores de Perú, que también son muy buenos amigos míos, y con un equipo en general, es algo muy lindo y me gusta bastante.
— ¿Cuál es tu principal sueño en este deporte?
Mi sueño es llegar a ser número uno y ganar el Mundial. Esas son mis metas y es algo para lo que estoy trabajando.
— Por lo pronto, ¿qué otros desafíos se te vienen en el futuro y qué expectativas tienes?
Este año, que la temporada comienza en septiembre, tengo siete torneos antes de que acabe el año. Entonces, debo prepararme bastante bien en estos meses que vienen y tratar de llegar en mi mejor momento, porque la temporada comienza con Qatar, que es el torneo que gané el año pasado, el torneo grande. Entonces, eso, prepararme y tratar de defender mi título principalmente en ese torneo.
— ¿Cómo te ves de aquí a cinco años?
De aquí a cinco años ojalá pueda haber cumplido esas metas que tengo de llegar a ser número uno y campeón mundial. Ya voy a tener 30 años en ese tiempo, entonces sí, ojalá haya podido lograr eso y seguir jugando a muy buen nivel, sin lesiones y tratando de seguir entre los mejores del mundo.
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