Si hay algo que caracteriza al Presidente Pedro Castillo es su orgullo por su lugar de origen. En este caso nos referimos a la provincia de Chota en el departamento de Cajamarca, donde es común ver a sus habitantes lucir un sombrero de palma incluso hasta bajo techo. Sin embargo, el mandatario ha dejado de usarlo en público ¿Cuál es el motivo? A continuación conoceremos la razón de tal decisión.
Este sombrero aparte de tener raices culturales muy profundas, también lleva pegada una etiqueta con un precio que va acorde. En Bambamarca, lugar famoso por la confección del sombrero de palma, se sabe que esta prenda puede llegar a costar hasta 3 mil soles. Un precio que si bien puede sonar restrictivo, tiene cierta justificación sobre todo si consideramos que cada uno es único ya que es hecho a mano por hábiles artesanos.
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El sombrero de Pedro Castilo y el pedido de su hijo
Durante la campaña presidencial el, hasta ese momento, candidato Pedro Castillo siempre se mostró en entrevistas con su típico sombrero de palma. Este fue, aparte de una expresión del lugar de donde viene, uno de los factores que lo diferenciaba del resto de postulantes en carrera. Tras la segunda vuelta se le veía más seguido y el sombrero se llevaba una porción de la atención de una forma u otra.
Contemplar la idea de prescindir de un artículo como este no solamente atentar contra su imagen, sino también contra identidad cultural. Sin embargo un pedido de su hijo Arnold hizo que el actual mandatario cuelgue el sombrero.
Esto fue lo que dijo el mismo Presidente Castillo en una entrevista con TV Perú, a inicios de febrero de este año, cuando se le preguntó acerca de la razón por la cual ya no usa el sombrero.
"Yo sé que mis abuelos, mis hermanos en Puña en Cajamarca usamos el sombrero, pero tú ya eres presidente de todos los peruanos. Aparte el abrazo que me vas a dar, por favor quítate el sombrero." compartió Castillo. "Lo he hecho con la finalidad de hacer un llamado a la unidad y estoy aquí dispuesto para seguir trabajando por el país" conluyó el mandatario.
El Presidente Castillo es también un padre y el pedido expreso de un hijo, hecho con mucho respeto, basta y sobra para incluso doblegar la voluntad más férrea.