El fenómeno de Dani Alves se ha desatado, a partir de ahora a la cancha que vaya se le seguirá con lupa, hasta los rivales (aficionados y jugadores) le buscarán para captar alguna imagen suya, es lo que genera un futbolista con sus galones, que ayer, en la Jornada 5, llevó al estadio Olímpico 35 mil 500 personas, y en parte ayudó a rescatar un punto al dar la asistencia para el gol del empate a un gol entre Mazatlán y Universidad.
Lo que se vivió anoche en el Olímpico solo es comparable a la vibra que se respira en las Liguillas, el imán del brasileño llevó a los aficionados a salir de casa o de la oficina y hacer acto de presencia en CU. Playeras con su nombre, originales o piratas se vieron por todos lados. Su nombre, como era de esperarse, fue el más coreado en el momento que se dio la alineación.
Cuando el equipo saltó a la cancha se mostró concentrado, sonaron las notas del Himno Universitario y levantó el puño derecho, mirada seria, la atmósfera que se creó en torno a él no lo hizo pestañear, ya estaba metido en lo suyo, en tener una buena presentación y demostrar que la calidad no conoce de actas de nacimiento.
¡El debut de Dani en datos!
— Liga BBVA MX (@LigaBBVAMX) July 28, 2022
Alves fue el segundo jugador del partido con más pases acertados -sólo detrás de "Palermo" Ortiz (56)- y el primero de toda la cancha si hablamos de pases en cancha rival (33).
Además dio su primera asistencia.
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Lillini ajustó el esquema, pasó a jugar un 4-3-3, con Dani ejerciendo de interior por derecha. Palomar y Pebetero corearon su nombre y él, con las manos, alimentaba los gritos. El primer balón que tocó lo recibió de Eduardo Salvio, se asoció con el argentino y el Toto acabó filtrando para Dinneno, quien remató cruzado y de inmediato aplaudió al argentino. Muestra del liderazgo que habita en su persona.
Un alarido se escuchó en las gradas cuando de su pierna derecha salió un fuerte tiro que terminó estrellándose en un compañero, el balón no le quemaba, todo lo contrario, se mostraba como opción de pase y orientaba el juego ofensivo. Todo lo que hacía el brasileño era aprobado por la tribuna.
Pumas se valía de todo el ambiente, atacaba constantemente a Mazatlán, que resistía ante la insistencia universitaria. Al 17’ se atrevió a chutar una pelota detenida. Su buen golpeo es como los vinos, entre más adulto mucho mejor, por ello Nicolás Vikonis optó por meterle los puños. Y un par de minutos después, cuando cometió su primer falta, no dudó en mostrarle su desacuerdo al árbitro Luis Enrique Santander. Su conexión con la grada es tal que hasta un pase fallado era aplaudido.
Pero Mazatlán aguantó a pie firme el chaparrón y también le bajó decibeles a la euforia universitaria, una escuadra que carecía de precisión en la última zona y al medio tiempo el empate a cero prevalecía.
Dani se mantuvo para el complemento, Universidad ya no dominaba con tanta claridad. Al 65’ vinieron dos cambios de Pumas y Alves no fue parte de ellos, pero sí cambió su posición, pues se convirtió en contención junto a Leo López y después salió Leo y entró Marco García, pero Dani seguía en el césped.
Universidad tuvo un despiste en defensa y Eduard Bello cabeceó un córner y mandó la pelota al fondo al 75’, pero si Dani se mantuvo en el campo fue por algo y justo al minuto 90 cobró un tiro de esquina que Freire cabeceó para igualar el partido. A la fiesta de Dani Alves en CU solo le faltó el triunfo; el resto fue un éxito.
MGC