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Cuando Eduardo Romay empezó a generar contenidos en Tik Tok, en medio del confinamiento por la pandemia, su intención no era más que recepcionar el angustiante momento que se vivía en el mundo y pegarle un mate al aburrimiento. La plataforma que tuvo un crecimiento imparable era, en principio, el lugar donde podía mostrarse como es y dar a conocer su deporte. Twitter también se convirtió en su aliado. Pero llegó un momento en el que su propósito de vida dio un giro y ahora el capitán de la selección peruana de vóley masculino es embajador de su deporte en las redes sociales. Busca, desde su trinchera, cambiar la sociedad y que un hombre armando o matando por encima de una net no sea mal visto. Con 27 años, Eduardo siente que ya pasó el camino de espinas y ahora busca ayudar a los demás a hacerlo.