LOS ÁNGELES -- Donde fracasaron tipos brillantes y multimillonarios, como Emilio Azcárraga Milmo y Jorge Vergara, resulta que un tipo de figura quijotesca, tragicómica, escuálida, con tufo a vodka con tamarindo, ha triunfado: Uriel Antuna.
Desde el limbo laboral, desde el desempleo de la incertidumbre, porque en El Rebaño ya le dieron un portazo de despedida, y en El Nido de Coapa, aún no le dan acceso, Uriel Antuna ha logrado convocar, unificar, aglomerar, fusionar la efervescencia mediática de las aficiones de Chivas y América. Claro, en su contra.
Twitter está colapsado: #NoFirmesAntuna, imploran, sugieren, se desgañitan los aficionados de América con miles de tweets. #YaFirmaAntuna, exigen, reclaman, suplican los seguidores de Chivas.
Un Tsunami de vítores y vituperios congestiona el gorgoteo, el gorjeo, del pajarito azul.
¡Qué manera de desatar pasiones! Ninguno de los dos bandos le desea lo mejor al jugador, por el contrario, ambas facciones lo quieren lejos, muy lejos, de sus colores.
Apasionados, histéricos casi, los americanistas abanderan el #NoFirmesAntuna. Los rojiblancos con el #YaFirmaAntuna, confirman su deseo de librarse del jugador que les ofreció poco y les dio menos.
Antuna le costó a Chivas 11 millones de dólares y el Manchester City hizo el gran negocio. Además, le firmó con un salario cercano a dos millones de dólares. Ricardo Peláez, con sus casi 40 millones de presupuesto, fue al mandado y sólo compró fruta podrida.
Entérese, hasta antes de este affaire, de este intercambio de parejas, de estos promiscuos swingers futboleros, de esta versión balompédica de la cinta El Juego de las Llaves, Antuna cobra en Chivas el doble de lo que Sebastián Córdova cobra en el América. Dos a uno, dos por uno, dos contra uno. Y, al final, ni los dos juntos, suman uno.
Por eso, la transferencia de Antuna al América está detenida por motivos financieros. Antuna quiere ganar en Coapa lo que le paga Chivas, y en El Nido le ofrecen el mismo salario que tenía Córdova, es decir, la mitad.
Pero, créame, de verdad, ni El Tigre (el de a de veras) ni Vergara, con su poderosa personalidad, habían logrado fundir, amalgamar a dos aficiones que conviven en un envenado encono. Antuna lo ha conseguido: convocó, ¡unió!, a dos pasiones en eterno conflicto, en contra de él. Aglutinó todos los odios.
En los recovecos de su esmirriada figura, Uriel Antuna no debe saber si reír o llorar. Hoy tiene contrato, pero no tiene equipo. Hoy pertenece a Chivas, pero nadie lo quiere ahí. Hoy negocia su salario con América, pero nadie lo quiere ahí.
Esta vez sí, entiéndase bien, la metáfora incongruente se cumple: en el ánimo popular, el ex atacante del Galaxy (donde tampoco lo extrañan), dio un giro de cero a 360 grados. Vivía en el ninguneo y ahora cerró el círculo en el clímax del desprecio.
Llama la atención ese fenómeno perturbante que son las redes sociales. Un hashtag (#) puede ser cruento y violento, pero, también lúdico, divertido, abusivo, hostigador, y evidentemente causar daño. Algunos sobreviven, y el más poderoso ejemplo, en el futbol mexicano, ha sido el de Miguel Layún y aquel casi legendario #TodoEsCulpaDeLayún.
Sabido es que por la rivalidad entre Chivas y América, un intercambio como éste en gestación, entre Antuna y Córdova, debe considerarse un sacrilegio. Lo cierto es que los dos serán vistos como intrusos, como traidores, como desertores.
Y de momento, por su pasado reciente, queda claro que ninguno de los dos garantiza ser el jugador revulsivo, explosivo, que cambie el destino de cualquiera de los dos clubes. Ni Antuna hará volar a estas Águilas, ni Córdova logrará que Chivas salga de esa mediocridad estacional, en la que ha aprendido a vegetar.
Ojo, sin embargo, toda esta exploración y explotación mediática que zozobra a Antuna y repercute en Córdova, siempre podrá tener un final tan abrupto como feliz. Toda esta bufonada de los #NoFirmesAntuna y #YaFirmaAntuna se olvidará fácilmente con 90 minutos de buen futbol, algo que, sin duda, si quieren, pueden ofrecer ambos jugadores.