El exfutbolista del Real Madrid, Milan y Ajax Clarence Seedorf propuso este miércoles que los árbitros castiguen con tarjeta amarilla a quienes se tapen la boca con la mano cuando se dirijan a un rival en el terreno de juego, con el fin de evitar insultos racistas.
"No podemos cubrirnos la boca si hablamos a un rival, eso debería ser tarjeta amarilla", dijo el posteriormente entrenador durante su intervención en el Diálogo contra el racismo y el discurso de odio en eventos deportivos, organizado por el Consejo de Europa.
Sin citar el reciente caso del jugador valencianista Mouctar Diakhaby, Seedorf apuntó que "hay jugadores que hablan entre ellos y hemos podido ver situaciones racistas durante las últimas semanas".
"Podemos actuar contra esto", afirmó en el encuentro telemático, donde subrayó que "hay que prohibirlo".
Antes de que Seedorf lanzara su propuesta, la ministra francesa de Deportes, Roxana Maracineanu, se mostró a favor de equipar a los árbitros de fútbol con un pequeño micrófono que permita escuchar lo que se dice en el campo, tal como ocurre en los partidos de rugby.
Seedorf añadió que "la educación a largo plazo es la única herramienta para luchar contra el racismo" y pidió ejemplaridad contra esa lacra a la UEFA, la FIFA, los jugadores y los aficionados.
Al tiempo, lamentó la falta de "gestores negros" en el deporte europeo, porque "no hay inclusión y ante ello hay que reaccionar".
Coincidió con el director de Football Supporters Europe, Ronan Evain, en la falta de financiación para la lucha contra la discriminación en el deporte. "Los aficionados solos no pueden cambiar el mundo del deporte", dijo Evain.
También apostó por la educación el director de Fútbol y Responsabilidad Social de la UEFA, Michele Uva, que sostuvo que "el racismo y el discurso del odio están anclados en nuestra sociedad; la educación es una herramienta fundamental en nuestra estrategia".
El secretario general adjunto del Consejo de Europa, Bjorn Berge, citó el Convenio de Saint Denis del Consejo de Europa sobre seguridad en los estadios, que entró en vigor en 2017 y que apuesta por políticas claras para atajar "cualquier comportamiento racista y discriminatorio". EFE
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