El estadio de Machala estaba repleto, tanto que los dirigentes tuvimos que ver el partido en el banquillo de suplentes. No había dónde más sentarse en los graderíos del estadio Nueve de Mayo. El gol de Ephanor fue espectacular, realmente. Una obra de arte que no se olvida y los ecuatorianos la tienen muy bien grabada en su memoria.
Lo recordamos con justo derecho y orgullo. Fue una chilena impecable, impresionante, espectacular. Indudablemente es un gol que no tiene comparación. Goles de chilena hay muchos, pero como el que anotó Víctor esa tarde no se ha visto con tanta frecuencia en el fútbol, sobre todo por la frialdad y calidad con que picó la bola y la puso en el ángulo de Ramón Souza Duarte, quien no alcanzó a llegar a la bola.
- Ricardo Vasconcellos Rosado: ¡Gracias, Ephanor, por el gol más bello de la historia del torneo!
Ephanor era un maestro del fútbol. Tenía un estilo muy refinado. No solo que driblaba maravillosamente bien, sino que también hacía goles de tiro libre y anotaba de penal. Goles desde la esquina izquierda del área de 18 yardas eran casi infallables en cada tiro libre que cobraba. Víctor la pateaba y no había arquero que descifrara ese gol.
Fue un campeonato estresante, porque la final tuvo que alargarse a un partido de desempate. La moral del equipo estaba muy alta. Manga, el arquero, era el motor y motivador del equipo. Había un objetivo tan deseado y perseguido como el campeonato, que gracias a la labor de Manga todos los muchachos estaban altamente motivados para luchar por este campeonato. (O)