19/12/2024

El baloncesto en Ecuador, acorralado por el coronavirus, una dirigencia limitada y un producto pobre

Martes 22 de Diciembre del 2020

El baloncesto en Ecuador, acorralado por el coronavirus, una dirigencia limitada y un producto pobre

Por año seguido, la competencia se reduce a pruebas juveniles, femeninas y libres. El presidente de la Federación se pronuncia.

Por año seguido, la competencia se reduce a pruebas juveniles, femeninas y libres. El presidente de la Federación se pronuncia.

El baloncesto masculino absoluto en Ecuador brilla por la ausencia a año seguido. La competencia de uno de los deportes más atractivos en el mundo –gracias a ligas espectaculares como la NBA o la Euroliga– se reduce en nuestro país a certámenes juveniles, femeninos y de habilidades. Pero las repercusiones de la pandemia del nuevo coronavirus no son la única razón de una inactividad que padece además la pobreza del producto y la inexistencia de dirigentes, principalmente en Guayaquil, cuna de tradicionales equipos de básquet.

En 2018 fue la última edición de la Liga Nacional de Baloncesto. Juvenil de Vinces derrotó en noviembre a Iccan (4-2) y le sucedió como monarca ecuatoriano. Pero el campeonato, que desde 2011 se realizaba con tal nomenclatura, no tuvo su edición anual en 2019 ni tampoco la temporada que está a días de finalizar.

“El año pasado no se dio porque la gran mayoría de clubes tuvo problemas”, dijo José Arévalo, presidente de la Federación Ecuatoriana de Baloncesto (FEB), en diálogo con este Diario el sábado.

Y explicó: “No fue un asunto de FEB. Se trata de una liga que tiene clubes como Macas (Iccan), por ejemplo, cuyos aportes dependían muchísimo de cada municipio o Prefectura al frente, pero vinieron las elecciones seccionales (marzo) y no se pudo continuar. Aquello conllevó a que una liga que tenía diez equipos se viera afectada y mermada, y que los cinco clubes restantes decidieran no iniciar el torneo”.

La pandemia

Más allá de aquel antecedente, existen inconvenientes sustanciales que este 2020 aumentaron debido a la crisis sanitaria y económica de la COVID-19.

“Tratamos de resolver los problemas de 2019, pero este 2020 ya era complejo iniciar una liga nacional masculina a finales de año, porque no teníamos claro el panorama (parón deportivo desde marzo hasta agosto). La planificación para este año se complicaba más, puesto que los ingresos de los clubes dependen mucho de su taquilla y sus auspiciantes, y no había (por restricciones)”. No era el mismo alcance para con la Liga de Desarrollo Sub-23, la Liga Femenina o el torneo de habilidades, certámenes organizados, las últimas semanas, por FEB.

‘No hay dirigentes’

Barcelona Sporting Club fue el único equipo guayaquileño que disputó la última liga (2018). La representación porteña ya no goza de equipos tradicionales del siglo XX como Athletic, Liga Deportiva Estudiantil, Emelec, Ferroviarios, Oriente...

¿Qué pasó? El principal del básquet ecuatoriano señala la falta de “buenos” dirigentes, concentrados a la fecha casi exclusivamente en el fútbol. “Hay que atender a un doble contexto: un baloncesto que antes era promovido por mecenas, es decir, el hombre que pone el dinero sin esperar nada a cambio, y un baloncesto que es conducido por dirigentes. Y dirigentes de baloncesto en Guayaquil... Muy limitado. Cuando digo ‘limitado’ es porque casi no existen. Se podría decir que no hay. Así, ¿quién dirige la comisión de baloncesto en los clubes (con fútbol como disciplina principal)?”.

‘Buen producto’ es clave

A diferencia de lo que se observa en ligas internacionales, las iniciativas en Ecuador carecen del aspecto espectacular que acompaña al competitivo. Quien pasa por los exteriores de algún coliseo bien puede ignorar que dentro se desarrolla un partido oficial, debido a la falta de revestimiento.

Lo explicó Arévalo: “El producto debe ser bueno o la gente no lo consume. Hay dos productos: el que se genera por tradición, como los que ofrezcan Barcelona y Emelec, y el que se genera por buen manejo, como Independiente del Valle, por ejemplificar. Esto hace que el auspiciante aporte más. Cuando no tienes un buen producto, al sponsor no le interesa invertir; sin inversión, es difícil tener un ingreso económico suficiente. Entonces, claro, tiene que venir el Estado y aportar para que las cosas funcionen. Y si el Estado no aporta, las cosas no salen. Y si no salen, no hay sponsor”. (D)

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