Este año esos tres comenzaron la disputa del torneo junto con Macará y Barcelona, que ingresaron a la fase de repesca, y el país se vio favorecido con un quinto cupo -en lugar de sus cuatro habituales- porque el Independiente del Valle (IDV) ganó en 2019 la Copa Sudamericana.
El primero de los conjuntos ecuatorianos en quedar eliminado fue el Macará, que, en la segunda fase previa de repesca, perdió los dos partidos, ida y vuelta, ante el colombiano Deportes Tolima.
El segundo ha sido el Barcelona, que habiendo pasado las tres fases de repesca con muy buen nivel futbolístico -tras superar al uruguayo Progreso, el peruano Sporting Cristal y al paraguayo Cerro Porteño-, en la siguiente fase cayó en el "grupo de la muerte" con el IDV, el brasileño Flamengo y el colombiano Junior.
De esta forma, quedó eliminado esta semana como consecuencia de una inexplicable campaña en la que perdió cinco de seis partidos, dejando una pálida imagen de aquel equipo 'copero' que había disputado dos finales, ambas con derrota: la primera, en 1990 ante el Olimpia de Paraguay, y la segunda en 1998 contra el Vasco Da Gama de Brasil.
Por su parte, el Independiente del Valle impactó con sus actuaciones, con una mezcla de juventud y experiencia, incluida la de su entrenador, el español Miguel Angel Ramírez, a sus 35 años uno de los más jóvenes del torneo.
En su recorrido por el Grupo A de la Copa Libertadores, el Independiente acumuló tres victorias consecutivas, la más significativa, por 5-0, sobre el campeón reinante de la Libertadores, el Flamengo, en Quito.
Ese partido le costó caro al Independiente, pues la mayoría de los jugadores del cuadro brasileño dieron positivo de COVID-19 al día siguiente del encuentro y, en unos pocos días más, en el equipo ecuatoriano se desataron los contagios: hasta 15 jugadores infectados.
Luego, el finalista de la Libertadores en 2016 -que perdió ante el colombiano Atlético Nacional- caería por 4-1 ante EL Junior en Colombia y por 4-0 frente aL Flamengo, cerrando la campaña este miércoles con un triunfo por 2-0 sobre el apagado Barcelona que le dio el segundo puesto del Grupo A.
La Liga, ganador del torneo continental en 2008, será otro de los dieciséis equipos de la actual Libertadores a no perder de vista, sobre todo por la plantilla que ha logrado engranar el técnico uruguayo Pablo Repetto y el buen nivel de juego que está consolidando.
Uno de los partidos del "Rey de Copas", como llaman a la Liga, que fue más comentado en el continente fue en el arranque del Grupo D, cuando goleó en Quito por 3-0 al argentino River Plate, que se tomó la revancha el pasado martes al devolverle el resultado a los quiteños, en Buenos Aires, en la última jornada de la fase de grupos.
Pero la gran sorpresa en la disputa atípica del torneo este año, por la prohibición de aficionados en los estadios debido a la pandemia y la inactividad en que cayeron los equipos, la ha dado realmente el Delfín, de la ciudad de Manta (oeste).
Tras la obtención del título local el año pasado, el Delfín se desarmó por una más que inusual sucesión de entrenadores: cuatro desde diciembre.
El argentino Fabián Bustos se pasó al Barcelona al terminar la temporada; para sustituirle, los directivos echaron mano del español Angel López, que duró apenas dos meses y fue reemplazado, debido a los malos resultados, por el argentino Carlos Ischia, despachado por la misma razón en septiembre.
Tras estos dos fallidos intentos, el Delfín acudió al técnico argentino Miguel Angel Zahzú, que ya ha entrado en la historia del equipo al conseguir meterlo por primera vez en octavos de la Libertadores.
Sobre la espalda de Zahzú, dos triunfos y dos derrotas, entre estas últimas la sufrida el martes por 0-1, a domicilio, ante el todopoderoso Olimpia de Paraguay.
A octavos entró de pura carambola porque, estando cuarto al iniciarse la jornada, terminó segundo debido a que el Santos derrotó al Defensa y Justicia de Argentina.