Quienes hemos estado inmersos en el deporte por más de 50 años jamás hemos tenido en mente que el fútbol genere heridas. El balompié comulga con la paz y con la hermandad entre los pueblos y otorga a los hinchas emociones al presenciar miles de partidos que se juegan en edades infanto-juveniles, ante aficionados, y en el campo profesional, en todas las canchas del mundo. Este deporte es un bálsamo de palpitaciones. ¿A qué se debe esta introducción? A la novela que escribió en diez días Lionel Messi tras la eliminación en la Champions League de su club, el FC Barcelona, que recibió una aparatosa goleada 8-2 ante el Bayern Munich.
Finalizado el encuentro, a minutos seguidos, Messi con su calentura encendió las redes sociales e impresionó al mundo del fútbol al anunciar que se retiraba del equipo catalán. Ahí es en donde uno de los mejores jugadores del planeta, de 33 años, y militando en 20 de ellos con la divisa azulgrana, hiere a la institución que lo cobijó y lo consagró con sus 34 títulos ganados y a ser el mejor o uno de los mejores del esférico en el mundo. ¿Habrá disminuido su imagen ante sus seguidores?
En otras páginas de la novela daba a entender Messi que hay un distanciamiento con el presidente del club; si el tema iba a mayores, lo aconsejable era que se resolviera casa adentro y no esperar a que se dé un marcador humillante. Al dirigirse con sus compañeros hacia el camerino, tras tal paliza, el desconcierto es entendible. En ese instante no quiere el jugador dialogar ni con su familia.
Otro capítulo de la novela fue considerar que en su marcha del Barcelona la entidad azulgrana no debía recibir los 700 millones de euros definidos en la cláusula de su contrato. Ni Jesucristo estando en la tierra tendría esa cantidad de dinero. Reflexionó luego Messi al decir: “Mi amor por el Barça no cambiará, le daré todo”. Palabras consideradas como una salida infantil y de doble sentido; me afirmo que Messi ha herido el palmarés del Barça. El fútbol en la actualidad es un inimaginable negocio y los jugadores profesionales en un 98 % son radicales con esta fórmula.
Superado los impasses y de vuelta al club, queremos ver desde este domingo, ante el Villarreal, a un Messi nuevamente como capitán. Con relevantes bríos de liderazgo, con versatilidad en el juego y con imponente potencial mental, físico y técnico. Los aficionados en esta temporada le van a exigir más en la cancha. Los partidos que se pierdan se los van a endosar en un 90 %. Aconsejamos que cuando su conjunto sea vencido no salga cabizbajo. Eso es desmotivador para sus compañeros. Debe corregir tal falla. Reiteramos: el fútbol no genera heridas, es el jugador el que lastima a una institución deportiva. (O)