Seguramente son varias las notas que circulan por redes sociales, portales y diarios este sábado 6/6 sobre los 6 años de Marcelo Gallardo como entrenador de River. Desde el punto de vista periodístico, la etapa del Muñeco es un ovillo de ideas con un hilo interminable del cual se puede tirar y siempre conseguir algo nuevo para escribir. Sin embargo, el hincha millonario no va a encontrar nada muy revelador u original aquí en esta nota: es sobre el DT, River y Boca.
Bueno y también las copas, pero porque es casi un deber mencionar eso cuando se enumeran esas tres cuestiones. Así que, para saldar la deuda rápidamente, recordemos que frente a su eterno rival ganó una serie de Sudamericana (2014) y tres de Libertadores (2015, 2018 y 2019).
Son momentos que quedarán por siempre en la memoria del hincha, claro. Pero lo más importante no son los triunfos sino lo que generó el entrenador al imponerse en esas instancias, algo que en la historia moderna River no pudo lograr hasta su llegada.
Antes del primer cruce por Sudamericana en el 2014, ¿qué pasaba por la cabeza del hincha de River?
En la Libertadores de 1991, por la primera fase, Boca le dio vuelta un 3-1 increíble, en el 2000 vino el 0-3 en cuartos de final con el golpe letal del muletazo de Palermo y en el 2004 Tevez los dejó sin final inmortalizando la ‘gallinita’ en el Monumental. Entonces, la respuesta a esa pregunta seguramente incluya una mezcla de incertidumbre y recelo ante un nuevo enfrentamiento por un torneo internacional. A pesar de que River era más equipo que Boca, y favorito para la mayoría, también tenía que luchar contra esos antecedentes y el sabor amargo que dejaron por años.
Eso es lo que logró erradicar Marcelo Gallardo desde que se puso el buzo de entrenador de River. Se despejaron las dudas, Boca ya no percibe esa ventaja que tenía antes en ese tipo de enfrentamientos decisivos y los roles se invirtieron.
Esto no significa que River vaya a ganarle siempre a Boca, no quiere decir que los hinchas afronten el próximo Superclásico sin sentir ni una mínima pizca de nerviosismo o ansiedad, tampoco sentencia la historia entre la rivalidad más grande que tal vez haya en el fútbol mundial, pero sí es indudable que aumenta la dosis de optimismo y agranda la espalda de los millonarios cada vez que se avecina un nuevo duelo. Esa confianza vale oro en el fútbol, cualquier hincha, sin importar de qué cuadro, lo puede asegurar.
'La confianza se construye' es una frase trillada que nos cansamos de escuchar por psicólogos y leímos hasta el hartazgo en posteos motivacionales de Facebook, aunque en el caso de River y Gallardo se podría decir que fue así. Comenzó con la noche de Pisculichi, Gigliotti y Barovero en el Monumental, y terminó de consolidarse con la corrida del Pity Martínez en Madrid.
Los propios jugadores perciben esa seguridad. “River tiene más carácter que Boca”, confesó Pratto con una frase que le generó el reto del Muñeco. "Cuando los de Boca juegan contra River les agarra algo...", sumó recientemente Driussi. "Contra Boca eran los partidos que más me gustaban jugar, y más porque siempre le ganábamos”, dijo Palacios al poco tiempo de irse de River.
Hace un par de años, esas frases salían de la boca de los ídolos Xeneizes, hasta que un 6 de junio de 2014 Marcelo Gallardo fue presentado como el nuevo entrenador de River.