Quedaron en segundo plano las grandes contrataciones y el inicio de la pretemporada de las Grandes Ligas. El tema que sigue en el tapete de análisis y comentarios es el asunto del conflicto del robo de señales por los Astros de Houston.
Los famosos traspasos de jugadores como Gerrit Cole por $324 millones a los Yankees; del bateador Anthony Rendón que se cruzó para los Angelitos; la continuidad de Stephen Strasburg con los campeones de la serie, los Nacionales de Washington; y los últimas grandes traslados de Mookie Betts y Dave Price a los Dodgers fueron relegados por el escándalo de las señales que sigue en el escrutinio público.
En la columna, publicada el 19 de enero pasado, titulada ‘Tibias sanciones por el robo de señales’, describimos la forma como se produjo este escándalo denunciado por el exjugador de los mismos siderales Mike Fiers, quien detalló cómo se ejecutó esta mañosa estrategia con la que se apoyaron para ganar por primera vez una Serie Mundial en la temporada del 2017.
El descubrir las señales rivales es una tarea lícita que todo equipo organizado debe establecer en cada juego. Es parte de la tarea del cuerpo técnico y en ningún momento es considerado desleal, pero tomar ventaja con la ayuda de la tecnología sí es desleal.
Para muchos, este escándalo se inició cuando se descubrió que los Medias Rojas de Boston usaron en la banca el Apple Watch. La MLB aplicó amonestaciones mediante memorándum que no fueron comunicadas al resto de equipos ni a los jugadores, lo que fue considerado como dejar la puerta abierta.
Recordemos que los de Houston derrotaron a los del Bronx en el máximo de siete juegos en la Serie de Campeonato de la Liga Americana del 2017, en la que ganaron sus cuatro encuentros como locales y luego superaron a los Dodgers de Los Ángeles en una Serie Mundial que necesitó siete juegos.
En el tema actual llegaron sanciones para el gerente general y el mánager de los tejanos, de rebote le llegó también a Álex Cora, mánager en funciones de los Medias Rojas, por ser parte del equipo técnico de los Astros en aquella época y “en común acuerdo” fue retirado del plantel; cosa parecida sucedió con el recién nombrado piloto de los Mets, el también boricua Carlos Beltrán, acusado de ayudar a diseñar el sistema.
Con el paso de los días, el asunto tomó un camino más dramático y lejos de amortiguar el tema se puso más caliente, tanto que el tema acapara la preocupación de todo el mundo del béisbol de los Estados Unidos y en países que lo tienen como el deporte número uno y en el que incluso han opinado estrellas de la NBA como LeBron James, quien ha dicho: “Hicieron (los Astros) trampa y así ganaron. No jugaron de manera correcta, tenían una ventaja ilegal sobre el resto”.
El asunto sigue caliente, porque muchos piensan que los involucrados lejos de aceptar culpabilidad no han sido muy claros, no han pedido disculpas ni han mostrado arrepentimiento. El centro de críticas es José Altuve, que con su jonrón contra Aroldis Chapman en la parte baja del noveno episodio eliminó a los neoyorquinos y clasificó a la Serie Mundial.
Llama mucho la atención que no haya sanciones para peloteros debido a que el poderoso sindicato de jugadores ejerce su influencia y se estima que cualquier amonestación por este tema no está contemplada, por estar protegidos por acuerdos laborales que generarían demandas que podrían ser desechadas en cualquier juzgado laboral muy rápidamente, lo que sería una lucha perdida antes de empezar, por lo que no hay manera de sancionar a los jugadores.
Esto tomaría un giro muy peligroso que está generando un sentimiento de “hacer justicia por sus propias manos” por parte de jugadores de otros equipos. Quiere decir que cada vez que los bateadores del club cuestionado tomen turno al bate le podrían enviar lanzamientos al cuerpo lo que provocaría más conflictos y se volvería un círculo peligroso.
Robert Manfred, el más alto directivo de las Grandes Ligas, ya se pronunció sobre el tema y advirtió a directivos y jugadores de todos los clubes: “Cualquier represalia en los juegos al lanzar directamente al bateador no será tolerado”.
Jugadores notables como Mike Trout de los Angelitos y Aaron Judge de Nueva York han dado su opinión. Son deportistas muy reconocidos y respetados porque siempre encuentran algo positivo en casi cualquier cosa y que se mantienen alejados de cualquier comentario público, ellos han dicho que los Astros deben ser despojados de su campeonato. “Hiciste trampa y no te lo mereces. No se lo ganaron jugando de la manera correcta, ni peleando hasta el final y sabiendo que nosotros estábamos compitiendo. Lo máximo en una competición es dejarlo todo, y que el mejor jugador y la mejor persona salga como ganador. Enterarse de que el otro equipo tenía una ventaja de la que no podías defenderte es una acción desleal”. En los Juegos Olímpicos, cuando se comprueba que un deportista ha hecho trampa, es despojado de la medalla.
Un aficionado tejano que compra cada año abonos para toda la temporada ha presentado una demanda por presunto ‘producto deficiente’, aduce que le cobraron en exceso valores inapropiados y que deben ser recompensados. Otros piden que no deben aumentar el costo de los boletos por dos años, mientras que muchos creen que deben ser despojados del título. El inicio de la temporada y el paso del tiempo ayudaría a bajar tensiones, pero quedará marcado para siempre que los Astros están recibiendo duras y profundas críticas al ganar con trampa.
Esto tomaría un giro muy peligroso que está generando un sentimiento de “hacer justicia por sus propias manos” por parte de jugadores de otros equipos.
(O)