Oksana Chusovitina disputará en Tokio sus octavos Juegos Olímpicos y batirá su propio récord de hace cuatro años: el de la gimnasta con más edad en la historia de los Juegos.
La deportista uzbeka, que debutó en los Juegos Olímpicos en 1992 en Barcelona, es un milagro continuo en una disciplina dominada por los prodigios adolescentes.
"Me encanta la gimnasia. Me digo: ¿por qué no entrenarse y competir tanto como pueda todavía?", dijo Chusovitina hace poco en una entrevista en Taskent, la capital de Uzbekistán: "Si parara, creo que lo lamentaría profundamente".
Pese a que mantiene el gusto por la competición, la cuadragenaria explica que ha prometido a su familia -su "motivación más fuerte"- que los Juegos de Tokio (del 24 de julio al 9 de agosto) serán sus "últimas olimpiadas".
Nacida el 19 de junio de 1975 en Bujará, Oksana Chusovitina inició su carrera en la Unión Soviética (URSS) pero en sus primeros Juegos, en 1992, defendió los colores del equipo unificado de las exrepúblicas soviéticas puesto que la URSS estaba en descomposición.
En Barcelona, se colgó el oro en el concurso general por equipos, pero la gimnasta tuvo que esperar 16 años, cuatro Juegos Olímpicos, para ganar una medalla olímpica individual. Fue en 2008, en Pekín, defendiendo la bandera de Alemania, a la que se unió en 2002 para permitir que su hijo Alisher se curara una leucemia.
Su presencia en Río 2016 la convirtió en la primera gimnasta en participar en siete Juegos consecutivos.
Los Juegos de Tokio serán los quintos de la deportista con los colores de Uzbekistán, un país de 33 millones de habitantes donde su fama es tan grande que se ha editado un sello con su rostro. (AFP)