Así lo aseguró en una entrevista con EFE Ricardo Alarcón, presidente del Nacional uruguayo entre 2006 y 2012.
Alarcón es el hombre que le dio la primera oportunidad a 'el Muñeco' de ponerse al frente de un equipo desde el banquillo.
Tras una extensa y laureada carrera, Gallardo llegó en 2010 al conjunto tricolor para poner fin a su etapa como futbolista.
"Cuando yo era presidente, teníamos el objetivo de incorporar gente que realmente fuera referente, no solamente para los jugadores y el club, sino para la sociedad", recordó Alarcón.
En el Nacional, Gallardo jugó una temporada, que estuvo marcada por una grave lesión que lo alejó varios meses de las canchas, pero que finalizó con la consagración de su equipo en la final con Defensor Sporting, el 12 de junio de 2011.
Una vez terminado ese partido, el argentino fue levantado por sus compañeros al tiempo que en las tribunas corearon su nombre.
En ese momento, Alarcón y sus compañeros de la Comisión Directiva tuvieron una nueva oportunidad para comprobar que Gallardo tenía todas las características de un líder nato.
La alegría, la solidaridad, el esfuerzo, la perseverancia y el respeto son algunos de los valores que el ex presidente cree necesarios para crear "pilares fundamentales", para que la convivencia entre personas sea "más sana, transparente y más clara".
Eso era lo que tenía Gallardo, a quien le ofrecieron suceder en el cargo al entrenador tricolor Juan Ramón Carrasco en un proceso que no fue fácil, según dijo Alarcón.
"Fue difícil convencer a la opinión pública, pero primero que nada fue difícil convencerlo a Marcelo, porque él había terminado su carrera como jugador y tenía en su cabeza ser técnico, pero no de manera inmediata", explicó.
Alarcón admitió que los hinchas cuestionaron si Gallardo tenía la autoridad suficiente para liderar a quienes hasta días atrás eran sus compañeros, y si alguien con apenas 35 años podía transmitir los conceptos de disciplina, entrega y orden.
Todas estas dudas se disiparon un año después, cuando el equipo de 'el Muñeco' se consagró campeón uruguayo a expensas del Defensor Sporting con un golazo de 'el Chino' Álvaro Recoba.
Ese cuerpo técnico ya contaba con Matías Biscay, Hernán Buján y Marcelo Tulbovitz, quienes hoy lo acompañan en el River Plate, algo que para Alarcón es otra demostración de los valores de Gallardo.
Durante su diálogo con EFE y con el recuerdo de esos triunfos en la cabeza, el ex presidente tricolor dijo que le gustaría ver nuevamente al ex diez argentino en el club.
"Hay que reconocer que el club de los amores de Marcelo es River. Él se formó allí como niño, creció y salió campeón como jugador. Ahora es un grande como técnico y tiene a sus hijos jugando allí", explicó.
No obstante, Alarcón matizó que Nacional es la segunda casa de Gallardo en el fútbol.
Allí dio los primeros pasos como entrenador y hoy causa al hombre que le dio esa oportunidad "profunda satisfacción".
Ahora en River Plate jugará este sábado con el Flamengo su tercera final de Copa Libertadores tras consagrarse en 2015 y 2018.